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Por Martha Bárcena Coqui*

El 8 de noviembre se celebraron las elecciones intermedias en EU para renovar 435 asientos de la Cámara de Representantes, 34 de los 100 escaños senatoriales y 36 de 50 gubernaturas. Además, hubo elecciones estatales de congresos, secretarios de estado, procuradores y jueces, así como la celebración de diversos referendos relacionados con legislaciones locales sobre el derecho al aborto y la legalización de la marihuana recreativa.

Al momento de escribir este artículo, todavía no se tenían resultados definitivos sobre los escaños ganados por ambos partidos para la Cámara de Representantes, aunque se espera que pase al control del Partido Republicano, por una estrecha mayoría. El futuro del control de la Cámara de Senadores pendía de los resultados en tres estados: Georgia, Nevada y Arizona. En Georgia habrá de celebrarse una segunda vuelta de la elección el 6 de diciembre, dado que ninguno de los candidatos alcanzó el 50% de la votación. De las gubernaturas en disputa, los resultados son equilibrados. Destaca la elección de 12 mujeres y del primer gobernador afroamericano en Maryland.

Los resultados desmintieron las predicciones de que podría haber una “ola roja” que arrasaría con los candidatos del partido Demócrata. No sucedió así por varias razones:

1.- Se registró un mayor número de votantes  y se elevó el porcentaje de participación en elecciones intermedias en comparación con elecciones anteriores.

2.- Jóvenes y mujeres votaron en gran número, convencidos de la defensa de sus libertades, en especial del derecho a elegir de las mujeres en el tema del aborto, así como en la defensa de las instituciones y valores democráticos, atacados frontalmente por el expresidente Donald Trump y sus seguidores.

3.- El electorado hispano, muy diferente según su lugar de origen y su ubicación actual, salió también a votar en alto número.

4.- Si bien las encuestas indicaban que los temas que más preocupaban a los electores eran la situación económica y la inflación, al final muchos votantes pusieron por delante los temas de defensa de la democracia.

5.- El radicalismo de muchos candidatos republicanos apoyados por el ex presidente Trump y el llamado “negacionismo” del resultado de las elecciones del 2020, alejó a votantes independientes conservadores, más no radicales.

Para efectos de política interior de los EU, los resultados preliminares de estas elecciones arrojan interpretaciones interesantes. En primer lugar, el debilitamiento del expresidente Donald Trump como la gran figura del partido Republicano. Si bien varios de los candidatos que apoyó, ganaron sus escaños, otras figuras significativas fueron derrotadas, entre ellas el candidato a senador por Pensilvania, Mehmet Oz. En cambio, su némesis, el gobernador de Florida, Ron de Santis, fue reelecto con una ventaja de dos dígitos y se posiciona como un fuerte candidato a la presidencia en 2024.

El diario Wall Street Journal, alineado con los republicanos, señala que el dominio de Trump sobre el partido Republicano se llevó un buen golpe. Ahora dicho partido entrará a un proceso de redefinición con miras a las elecciones presidenciales del 2024.

Por otra parte, el partido Demócrata y el presidente Biden tuvieron un resultado mejor al esperado. Dado que históricamente el partido en el poder pierde las elecciones de medio término, en esta ocasión las derrotas fueron mínimas, aunque los triunfos no les garantizan mantener el control de ambas Cámaras en el Congreso. Habrá que ver si Biden decide presentarse a la reelección o bien abre la baraja de la sucesión al inicio de 2023.

El resultado final de las elecciones reflejado en el control del Congreso tendrá también repercusiones para México.  De confirmarse el triunfo republicano en la Cámara de Representantes, habría un cambio de liderazgos. Kevin McCarthy, republicano por California, sustituiría a Nancy Pelosi, demócrata por California. Mc Carthy se ha alineado en repetidas ocasiones con Trump y ha dicho que su primera acción consistiría en presentar una ley sobre “Seguridad Fronteriza”, debido a lo que define un “caos” en la frontera. También ha dicho que apoya la continuidad de la construcción del muro en la frontera con México. Otros dos temas vinculados con nuestro país aparecen en su discurso: el problema del tráfico ilícito de fentanilo. Ha señalado que 300 estadounidenses mueren diariamente por consumirlo y el acceso de California al agua.

Otros congresistas republicanos vinculados al “trumpismo” tienen posiciones más radicales aún. Buscan declarar a las organizaciones de narcotraficantes como terroristas, considerar a los flujos migratorios como una “invasión” y, por lo tanto, aplicar leyes de EU para “defenderse” de una agresión y utilizar la fuerza para impedirla.

Los congresistas que provienen de estados petroleros están molestos con las políticas energéticas del gobierno de México.

Es probable que un Congreso controlado por los republicanos ponga mayor presión sobre el gobierno del presidente Biden y  el gobierno de México sobre esos temas: la disminución en el tráfico de fentanilo; la adopción de nuevas medidas coercitivas y de contención en la frontera; la implementación del TMEC en materia de “trato nacional” y no discriminación de las empresas energéticas. Los próximos dos años serán complejos en la relación con el Congreso.

*Embajadora Eminente jubilada.

@Martha_Barcena

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