
Por Nurit Martínez
Si los recientes resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se hubieran aplicado a niños de sexto de primaria indicarían que México tiene un nivel de aprendizaje de apenas primer grado de primaria, es lo que concluyeron en la UNESCO de la calidad de educación en nuestro país.
¿Y para qué nos sirve eso en el mundo global, el que compite por empleo y un mejor desarrollo no sólo económico sino social?, bueno pues la respuesta es sencilla: existe un alto riesgo de tener una generación perdida. Pero, ¿qué significa eso?, que nuestros jóvenes no sepan leer un instructivo en una caja de medicina, en un aparato electrónico para conocer cómo sacarle provecho o armar una herramienta para mejorar su trabajo, no es lo único.