Tomarle la temperatura al mar

Leí la historia de una africana que quiere tomarle la temperatura al mar para predecir catástrofes y eso me hizo pensar en lo que para el mundo implicaría que este fuera el primer año de la guerra en Ucrania.

Tomarle la temperatura al mar
Stephanie Henaro 
Por Stephanie Henaro Canales
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Leí la historia de una africana que quiere tomarle la temperatura al mar para predecir catástrofes y eso me hizo pensar en lo que para el mundo implicaría que este fuera el primer año de la guerra en Ucrania.

¿Podremos tomarle la temperatura al mar antes de que sea más tarde?

Lo cierto es que ya estamos en la barca y el calor que se siente delata el estado del clima.

Sobre todo si se toman en cuenta los grados que agregan las últimas declaraciones de Biden y Putin que hacen que miles de armas nucleares duerman con un ojo abierto en sus arsenales. A lo que sin duda habrá que agregarle, los bochornos que generan los rugidos de las tripas de los 71 millones de personas en el mundo que por esta guerra conocieron el hambre.

Por eso es que la noticia de Lala Kounta, la senegalesa de 33 años que tiene el único doctorado que posee una mujer en el país en Oceanografía Física y Ciencia del Clima, me hizo sonreír.

Está desarrollando un proyecto de investigación sobre el impacto de las olas de calor de la costa occidental africana en los ecosistemas marinos y ha encontrado que con la subida de la temperatura del mar, se reproducen unas algas nocivas para la salud de los peces de la zona, pero también de los pescadores, que acaban sufriendo enfermedades en la piel.

Ejemplo de esto último es lo ocurrido en Mauritania durante septiembre de 2020 con la muerte masiva de peces por falta de oxígeno.

Por todos estos motivos, Kounta opina que es necesario, primero que nada, saber exactamente lo que pasa en ese océano del que conocemos tan poco. “Hay que intentar prever y prevenir, con un sistema de observación y medición en tiempo real que nos ayude a poner en marcha un sistema de predicción y un sistema de adaptación al cambio climático, de toma de decisiones políticas”.

¡Eureka!

Aquí es donde lo que ocurre en estos momentos en Europa entra en escena y vuelve de una manera irremediablemente relevante, la pregunta sobre los grados que podría subir la temperatura este año que ya está próximo a terminar su segundo mes.

¿En qué costa deberíamos de poner el termómetro?

Porque es interesante notar que la guerra en el corazón de Europa seguirá, mientras las guerras electorales dan inicio en México y EEUU al mismo tiempo y también mientras este último y China intensifican su pelea por el cetro del mundo.

Por eso es que a nosotros nos convendría tomarle la temperatura al mar en nuestras costas y ver lo que podríamos hacer para atraer inversión mientras Estados Unidos y China se pelean y, sobretodo, ver como le vamos a hacer para bajar los precios de los alimentos mientras siga la guerra en Ucrania.

Porque si el océano se sigue comiendo nuestras costas y los pescados huyen de los caladeros en donde intentamos ganarnos la vida, nos vamos a quedar muertos de hambre.

Por eso habría que empezar a tomarle la temperatura al mar…

Un aumento de dos grados disminuye los nutrientes y el pescado muere o migra buscando corrientes más frías y, por tanto, los pescadores faenan en vano. El aumento de la temperatura del océano afecta a toda la cadena trófica, desde el plancton hasta las personas, creando un desequilibrio en el ecosistema marino y terrestre. Ocasionando así, que los fenómenos extremos se reproduzcan de manera más violenta y recurrente.

Lo anterior puede traducirse en inestabilidad social que hundirá a varios proyectos políticos, que aún no se han dado cuenta de lo importante que es tomarle la temperatura al mar.

El último en salir, apague la luz.
@StephanieHenaro

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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