🏳️‍🌈 Y usted, ¿se va a quedar en el beso?

El beso que alarmó a la sociedad en la que vivimos es el beso que se dan dos mujeres o dos hombres en el mundo heteronormativo a escondidas, sometidos por el castigo social.

🏳️‍🌈 Y usted, ¿se va a quedar en el beso?
Laura Manzo

Hay una respuesta equivocada o incompleta cuando los LGBT+ argumentan que los niños no cambiarán sus preferencias sexuales o su identidad por consumir contenidos en series de televisión o películas referentes a la comunidad. Lo dicen fácil y se burlan de los alarmados heteronormativos. Cientos de memes rondaron en redes sociales con el caso del beso lésbico en la película de Lightyear, pero no es la primera vez que los LGBT+ salen en defensa propia con esta particular manifestación. Sin embargo, cuando nos enteramos de que cada día más gente se identifica como lesbiana, gay, bisexual, transexual o cualquier otra variante más allá de la heterosexualidad vemos que a mayor aceptación en la sociedad mayor cantidad de personas se asumen diferentes a la supuesta natural heteronormatividad. Este año, la empresa de análisis y asesoría Gallup publicó una encuesta en la que en Estados Unidos el número de personas que se identifica hoy como LGBT+ duplica a la cifra reportada hace 10 años. Un 7.1% de los encuestados por la organización con sede en Washington respondieron ser parte del mundo LGBT+, y son aquellos de la generación Z (nacidos entre 1997 y 2003) los que más representantes tienen en esta comunidad.

Así que, en un acto de deducción simple, sí. A mayor aceptación de tener preferencias sexuales diferentes al mundo hetero, y por lo tanto mayor número de contenidos con temáticas LGBT+, mayor el número de personas que se identificará públicamente en ese espectro. Lo que falta agregar en la respuesta de los LGBT+ a los heteros preocupados por las preferencias sexuales de los demás o de los suyos es “porque ya eran”.

Me topé con la broma de Stephen Colbert sobre que todo el mundo seremos gays en pocos años después de revisar las estadísticas que exponen el creciente número de personas identificadas como LGBT+. Colbert, con su chiste, logra conseguir la carcajada del auditorio. Y pues entre broma y broma habrá quien lo entienda y quien no lo quiera ver.

Sus hijos no se van a hacer “homosexuales” si ven Lightyear, no, señores. De entrada, porque hay un mundo de variantes en lo que usted llama “homosexualidad”. Sus hijos probablemente ya son queer, mejor dicho, y lo que sucede es que, si no lo deja ver este tipo de películas, usted no le está dando la educación abierta necesaria para evitarle años, incluso décadas, de confusión y sufrimiento, para entender quiénes realmente son. El beso que alarmó a la sociedad en la que vivimos es el beso que se dan —no solo en la adolescencia sino a cualquier edad— dos mujeres o dos hombres en el mundo heteronormativo a escondidas, sometidos por el castigo social.

Es una pena que en nuestro país el debate esté en ese beso y no en el promover investigación científica y social sobre, por ejemplo, la sexualidad humana, la condición transexual. Es increíble que el debate esté en una manifestación amorosa y no en la violencia, por ejemplo, que sufren las mujeres violadas o abusadas por sus parejas sentimentales. Es un retraso preocupante el que sigamos en ello cuando desde hace varios años el tema está en entender el amplio espectro de identidades sexuales y de género. Y cuando este amplio espectro, hoy ejercido por la llamada generación Z, puede ser la metamorfosis cultural más importante de nuestros tiempos. Es un retraso grave cuando la discusión es la fluidez entre una preferencia y otra, o si el género realmente existe. Pero no estamos hablando de la discusión entre las élites o los estudiosos de. Estamos hablando de la discusión de todos los días en la sobremesa de millones de hogares o de personas que se han atrevido a aceptar y a respetar la vida de los demás, que se han atrevido a ser diferentes a la norma, que se han atrevido a ser ellos mismos. O incluso en la mesa de los heterosexuales que se oponen también a la heteronormatividad. En unos años lo queer será la norma. En unos años, la marcha por la diversidad celebrada este domingo, podría tener menos sentido defensivo y más celebrativo. La revolución es total, pero, ¿usted se va a quedar en el beso? No digo que es lamentable por usted, que piensa que hay algo malo en usted si le gustara o amara a alguien de su mismo sexo, porque usted tiene el derecho a pensar y vivir como mejor le parezca, sino más bien es una invitación a pensar por sus hijos, a quienes probablemente les costará mucho más trabajo la vida si usted les coarta la realidad.

@LauraManzo

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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