Respira
Por Laura Pérez Cisneros
Sí, las mamás son todo, son el alma de las familias, ¿pero, los papás? Ellos son esa pared no lisa ni dura sino provista de brazos amorosos que te rodean y que te dan seguridad, siendo niña cuando te caes, o cuando te quedas dormida, esos brazos rudos tienen esa dualidad de depositarte suavemente en tu cama.
No me cabe en la cabeza porque el “Día del Padre” no tiene el mismo arrastre que el “Día de la madre” si son equipo, pilares de familia; uno y otro se complementan, se apoyan. A mí me faltó hacerle preguntas a mi papá, todas las del mundo, ahora las hago las tiro al cielo y se quedan respuestas vacías pero sé que me escucha y me sonríe con esos ojitos color miel, imagino que me abraza cuando estoy dormida …Hoy convertida en columnista – que seguro le encantaría- le rindo homenaje con lo que sé hacer, escribir.
Alberto Pérez Cisneros, mi primer amor y mi amor eterno, era un hombre que cuando entraba a un lugar su personalidad y su risa lo llenaban todo, creo que él fue artista siempre, participó en varias películas de la época del Cine de Oro en México, fue bailarín del “Ballet de Chelo La Rué” mi abuela pensaba que andaba en el seminario y él, dándole al Chachachá junto a Pérez Prado.
Papi también fue jugador profesional de americano y me encanta que en su corto paso, la vida fue generosa con él, pudo asistir a varios “Super Bowls” y “Series Mundiales” amaba al “Gordo Valenzuela”. No olvido uno de sus mejores consejos: “Un amigo es el mayor tesoro que puedes tener”. Él supo ser un gran amigo y lo mejor, de lo más divertido.
Recuerdo que le encantaba el mundo de la política, se informaba y opinaba yo lo escuchaba pero en ese momento no era algo de mi interés, era apenas una niña. Días antes de morir, me ayudó hacer una tarea de la “Uni”, sobre el informe de gobierno del entonces presidente Miguel de la Madrid.
Aún que no tenga a papá en este plano me pregunto : ¿Para qué sirven los papás? La primera idea que me viene es: Papá es igual a una zona segura, estés donde estés saber que ellos te cuidan la espalda, es vibrar esa paz, los papás sirven para inspirar, ahora como adulta entiendo más, como su prioridad es tener un trabajo que les permita darle a su familia desde comida, pagar escuelas, hasta los lujillos de vida, y eso conlleva broncas en la chamba, días pesados, tráfico, viajes, pero saben que disfrutar la risa de sus hijos al final del día lo vale todo .
El consejo que da un padre, es un mantra sagrado porque va cargado de experiencia propia, tiene vigencia eterna, su sabiduría son semillas que plantan en sus hijos para prepararlos cuando tengan que vivir los trancazos de vida.
Nunca de los nuncas ví quejarse a mi papá cuando pasamos –como todas las familias- una época de vacas flacas, nunca la agarró contra mí o mi hermana, menos contra mamá, tampoco fue de esos papás que cuando decían algo no tenías permitido alegarle, había libertad de expresión en casa y la seguimos aplicando.
Hay papás que tienen la rudeza y habilidad para arreglar la luz, el auto, lo que se descomponga en casa y a la vez el toque exacto y la sensibilidad cuando cocinan como Dioses aunque algunos dejen como zona de guerra la cocina.
Los papás son grandes capitanes del barco familiar y vaya que sortean tormentas, muchas de las cuales ni nos enteramos y lloran…Creo que lo hacen a solas, cuando van en el auto, o quizás mientras se bañan.
La cara ruda
La realidad como siempre supera todo, porque también hay padres que no merecen sentarse en el trono de ser un jefe de familia, la ausencia de un padre desobligado deja una herida profunda de abandono en sus hijos, una brújula extraviada, un cofre sin consejos, unas espaldas frías sin abrazos, unas risas sin complicidad, un padre ausente es un barco sin proa, ¿que los hijos salen adelante? ¡Por supuesto! Al final el rechazo de esos padres se convierte en una fortaleza que hace más fuertes a los hijos, y si han aprendido la lección, se jurarán que no repetirán lo mismo cuando ellos se conviertan en padres. ¿Mentarles la madre? En momentos si, es triste ver como su cobardía, su falta de empatía puede más que atravesar ese puente donde del otro está una bonita versión de ellos, llena de luz, amor y magia.
Hoy es “Día del Padre” , es día de agradecer por caminar entre sabios héroes y que algunos como el mío, como esa canción de Emmanuel habitan en “La última Luna” que cuando partió de esta dimensión como dice esa rolita, “Salió volando por la ventana.” Yo lo ví, fui testigo y no dejo de extrañarle…
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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