Buscando a Elena

Habíamos pensado que la tumba iba a estar abandonada porque Elena no tuvo descendientes, pero jamás imaginamos encontrar un espacio sin lápida, sin nombre, sin recuerdo.

Buscando a Elena
Leticia Bonifaz

Por Leticia Bonifaz

Llevo ya varios años rescatando del olvido a mujeres que de algún modo estuvieron ligadas con el oficio diplomático. Eso ha implicado buscar en archivos, leer diarios, cartas, encontrar actas de nacimiento y defunción y también visitar panteones. 

Hace dos semanas, mi amigo David Olvera fue a buscar al panteón de San Joaquín la tumba de Palma Guillén, la primera ministra plenipotenciaria que tuvo México.  El reporte fue el siguiente desde el panteón de San Joaquín: “Hallé la tumba destruida, en ruinas, olvidada, anónima, pero gloriosa a la vez”. En la fotografía que me envió se ve una frondosa y saludable palma que extiende su fronda cubriendo más allá de la tumba de la otra Palma. 

Ya antes, David y yo habíamos ido al panteón de Dolores a la capilla de Matías Romero y su esposa, la estadounidense Lucrecia Allen.