Enriqueta Tuñón, su profunda huella

Hoy, la imagen de Hermila está en el billete de mil pesos y su historia es un poco más conocida después de haber estado oculta durante décadas.

Enriqueta Tuñón, su profunda huella
Leticia Bonifaz

Por Leticia Bonifaz

El sábado pasado, se difundió la noticia del fallecimiento de la historiadora Enriqueta Tuñón Pablos. Sentí tristeza por su partida, pero también porque nunca tuve la oportunidad de conocerla personalmente. Sí a su hermana Esperanza a quien, por trabajar en el Colegio de la Frontera Sur, tuve la fortuna de conocer en San Cristóbal de las Casas. Julia es la otra hermana. Las tres se han dedicado a rescatar historias de mujeres. 

Me acerqué a Enriqueta a través de sus libros. Uno en particular fue clave: ¡Por fin… ya podemos elegir y ser electas! El libro, recién editado por el INAH, llegó a mis manos cuando, desde la Escuela Judicial del Tribunal Electoral, preparábamos la conmemoración del otorgamiento del voto de la mujer para 2003. Se cumplían 50 años.  El libro de la doctora Tuñón no sólo era el único del que se podía abrevar para conocer detalles sobre el largo proceso de conquista de ese derecho, sino que daba la pauta para nuevas líneas de investigación por la amplitud con la que el tema fue abordado.