Por Lillian Briseño
Escribo hoy sobre una cuestión personal y familiar, y me disculpo por aprovechar este foro para hacerlo. No obstante, y como muchos saben, escribir es una forma de catarsis para quien lo hace, y hoy necesito este ejercicio para liberarme de la carga emocional reciente. Y es que, apenas el pasado viernes, mi querido hermano Pepe murió de una forma intempestiva e inesperada.
Qué difícil es dejar ir, y más cuando sabes que la partida fue anticipada. Un paro cardiaco dio por terminada su vida sin posibilidad de despedida alguna. Así se fue, como quien cierra una puerta para no volver más. Y al hacerlo, ha dejado un vacío inmenso en todos los que lo quisieron que fueron muchísimos.