Mujeres al poder, la nueva alternancia

Sabemos que cada derecho alcanzado implica continuar incidiendo para que se sostenga, se ejerza con efectividad y amplíe su alcance en el tiempo.

Mujeres al poder, la nueva alternancia

Por Lourdes Encinas 

Si no ocurre algo extraordinario que altere el rumbo del proceso electoral, México elegirá en 2024 a la primera presidenta de su historia, la alternancia de género llegará al máximo cargo político de este país.

A las candidaturas presidenciales punteras de Claudia Sheinbaum y Xóchilt Gálvez, se sumarán más 10 mil candidatas que competirán por la mitad de los 20 mil cargos de elección popular en disputa, resultado de la reforma constitucional de 2019 para garantizar la paridad en todo.

Es un hito en los derechos políticos de las mujeres mexicanas que es justo reconocer y celebrar, pero no tomarlo como meta, sino como un nuevo punto de partida desde el cual seguir impulsando las tareas pendientes. 

Sabemos que cada derecho alcanzado implica continuar incidiendo para que se sostenga, se ejerza con efectividad y amplíe su alcance en el tiempo.

El propio principio de paridad no es algo consumado, aún falta mucho por hacer para fortalecerlo, asegurar la participación equitativa de las mujeres en las contiendas, así como su integración en las estructuras de la administración pública.

La necesaria conciencia de género

Es lógico esperar que a más mujeres candidatas más mujeres electas, así como ocurrió en 2018 y 2021.

Sería también lógico esperar que con más mujeres gobernando se consigan mayores avances en la agenda de nuestros derechos, pero eso no necesariamente ha sido así.

La conformación paritaria de las cámaras legislativas, a nivel federal y estatal, no trajo consigo un giro sustancial en ese sentido, todavía hay pendientes importantes que ni siquiera se debaten, como los derechos reproductivos de las mujeres, el sistema de cuidados y la brecha salarial.

Tener a una presidenta gobernando el país será de gran simbolismo, una nueva generación de niñas y niños crecerá sabiendo que las mujeres podemos y debemos estar en todos los ámbitos. 

Pero para que ese simbolismo tenga un impacto real es necesario que las mujeres que asuman una responsabilidad pública no sólo sean más, sino que estén comprometidas con esta causa.

Que recuerden que no llegan solas, que la alternancia de género en el poder político en México debe servir para avanzar hacia una verdadera igualdad sustantiva.

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@lojesa

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