Por Marcelina Bautista
25 Años de Resiliencia y Lucha por la Dignidad de las Personas Trabajadoras del Hogar
Soy Marcelina Bautista, originaria de Oaxaca. Migré a la Ciudad de México a los 14 años para trabajar en casa y hoy soy defensora de los derechos humanos laborales de las personas trabajadoras del hogar.
Fundé CACEH el 10 de septiembre de 2000, impulsé la ratificación del Convenio 189 y las reformas a la Ley Federal del Trabajo, y promoví la Ley del Seguro Social obligatoria para las personas trabajadoras del hogar.
Hoy vengo a contarles esta historia: el inicio de una lucha invisibilizada. Hoy, 10 de septiembre, pero hace 25 años decidí transformar mi experiencia de discriminación y desigualdad como trabajadora del hogar en una causa colectiva.
Así nació el Centro Nacional para la Capacitación Profesional y Liderazgo de las Empleadas del Hogar (CACEH), con un compromiso claro: que las personas trabajadoras del hogar en México tuviéramos derechos, respeto y dignidad.
Lo que empezó como un pequeño esfuerzo se convirtió en un movimiento con alcance nacional, regional e internacional. A pesar de la falta de recursos, del desinterés institucional y del incumplimiento de las personas empleadoras, nos sostuvimos con organización, capacitación y resiliencia.
Los retos eran muchos. Sin embargo, cada obstáculo se convirtió en motor para seguir adelante. La sociedad no reconocía nuestro trabajo como un trabajo digno y mucho menos con derechos laborales ni seguridad social. Enfrentamos barreras económicas, resistencias legales y una cultura que normalizaba la explotación, la discriminación y el clasismo.
Mis 22 años de experiencia como trabajadora del hogar han sido una herramienta para entender a miles de compañeras que han pasado por lo que yo misma experimenté, y por eso me comprometí con esta causa que es mi causa. Hoy no encontré una escuela más que la escuela de la vida, y después de los años fortalecí mi liderazgo. He sido protagonista en la fundación de organizaciones e instrumentos para la defensa de los derechos de las personas trabajadoras del hogar, como la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (CONLACTRAHO), creada en 1988; la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar (FITH), en 2013; fundé el primer sindicato de trabajadores y trabajadoras del hogar en México en 2015; y la primera cooperativa de personas trabajadoras del hogar en 2023. Participé en el proceso de creación y aprobación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo sobre el trabajo digno para trabajadoras del hogar, así como en la discusión del Convenio 190 de la OIT sobre violencia y acoso en el lugar de trabajo, consolidando una red global de trabajadoras del hogar.
El rostro y la fuerza de las alianzas
En esta lucha nunca estuve sola. He tenido la fortuna de contar con aliadas y aliados invaluables que amplificaron la voz del movimiento: feministas como Patricia Mercado y Rosario Ortiz Magallón; académicas como Mary Goldsmith, experta internacional en los derechos de las trabajadoras del hogar; Rodrigo Quintero, escritor de Imperceptibles. Vida y lucha de Marcelina Bautista; Iván Uriel, documentalista de nuestra película Día de Descanso; periodistas y comunicadores como Pamela Cerdeira, Paola Rojas, Ricardo Raphael, Ricardo Rocha, Fernanda Tapia, Javier Solórzano, Yuriria Sierra y Blanca Juárez, entre muchos otros, quienes abrieron espacios para que nuestra voz llegara más lejos.
También artistas y cineastas como Alfonso Cuarón, cuya película Roma marcó un antes y un después en la visibilidad de nuestras demandas; Flavio Florencio, Quentin Pinoteau y Marcela Zendejas, por nuestros maravillosos videos y documentales. Aliados institucionales como la OIT, ONU Mujeres, Movimiento Ciudadano y México, ¿Cómo Vamos? respaldaron nuestro camino. Y por supuesto, líderes y emprendedoras como Ricardo Bucio Mujica, Alejandra Jazz, Bárbara Arredondo, Eréndira Ibarra, Emilia Vidal y Zaira Zepeda, quienes han acompañado y reconocido la importancia del trabajo de cuidados desde la perspectiva de las trabajadoras del hogar.
Cada una de estas personas, organizaciones e instituciones representa un eslabón en esta larga cadena de solidaridad y transformación.
Conquistas históricas
La incidencia de CACEH como movimiento de trabajadoras del hogar en México ha generado avances que hoy son históricos e irreversibles:
- El Convenio 189 de la OIT sobre trabajo digno (2011, ratificado por México en 2020): reconocimiento del trabajo del hogar como trabajo con derechos.
- El Convenio 190 de la OIT (2019, ratificado por México en 2022): reconocimiento de la violencia y el acoso laboral como violaciones a los derechos humanos.
- El Capítulo XIII de la Ley Federal del Trabajo (2019): inclusión de derechos como contrato escrito, salario justo, vacaciones, aguinaldo, días de descanso y horas extras, entre otros.
- La Reforma a la Ley del Seguro Social (2023 en adelante): incorporación de las trabajadoras del hogar al IMSS, una deuda histórica finalmente reconocida.
Estos logros no fueron concesiones, sino victorias fruto de la resistencia organizada con miles de trabajadoras del hogar.
En México, el trabajo del hogar constituye una de las principales fuentes de empleo para las mujeres. Según datos del INEGI, actualmente existen 2,291,379 personas trabajadoras del hogar (PTH), de las cuales el 90% son mujeres (2,067,784) y el 10% son hombres (223,595).
De acuerdo con el IMSS, hasta ahora solo 59,679 PTH están afiliadas a la seguridad social, lo que equivale a menos del 3% del total. Este dato refleja un rezago profundo en la formalización laboral, a pesar de los marcos legales que reconocen el derecho de las PTH a ser inscritas al sistema de seguridad social. El 28% de las afiliadas se ubica en Ciudad de México y Estado de México, lo que evidencia la centralización de los avances en zonas metropolitanas, mientras que el resto del país mantiene brechas importantes.
- A pesar de reformas recientes y esfuerzos institucionales, la gran mayoría de las PTH permanece en la informalidad, sin acceso pleno a derechos laborales y prestaciones.
- El perfil de las trabajadoras del hogar muestra que muchas se encuentran en edades avanzadas, lo que se cruza con la crisis de cuidados en México: las mujeres que cuidan a otros suelen estar desprotegidas respecto a su propio cuidado.
Crisis y retos
No todo ha sido fácil. Hemos enfrentado crisis económicas que pusieron en riesgo la continuidad de nuestro trabajo colectivo, la falta de financiamiento, la indiferencia de gobiernos y la resistencia de los empleadores.
Hoy los retos siguen siendo enormes: la formalización laboral aún es parcial, la afiliación al IMSS es baja, persisten los salarios injustos y, sobre todo, se mantiene una cultura que sigue sin reconocer la dignidad del trabajo del hogar.
Este aniversario es, sobre todo, un reconocimiento a las trabajadoras del hogar que con valentía han creído en la organización, que se han formado, que han luchado y que día a día sostienen hogares y familias enteras. Gracias a ellas, el movimiento sigue vivo y más fuerte que nunca.
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