Por María de Jesús Durón Segovia*
Los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022-2023 señalan que el 95% de las mujeres alguna vez iniciaron la lactancia materna, pero durante el proceso enfrentaron obstáculos que les impidieron continuar, ya que solo el 34.2% de los menores de seis meses recibe lactancia materna exclusiva, una cifra lejana a la meta del 70% establecida por la OMS y UNICEF para 2030.
La lactancia materna continua hasta los dos años de edad registra el 41.2%, también distante del 60% esperado en ese mismo plazo. Estos resultados se relacionan con las barreras estructurales a las que se enfrentan las mujeres que deciden alimentar con leche materna a sus hijos e hijas.
Durante 2022, el 90% de los nacimientos fueron atendidos en hospitales del sector público (INEGI), en los cuales desde 1992 se implementó la Iniciativa Hospital Amigo del Niño y la Niña con sus diez pasos para la lactancia óptima desde el inicio. Sin embargo, solo el 49.2% de los recién nacidos recibió leche materna durante la primera hora del nacimiento y un 27% fue alimentado con fórmula u otros líquidos, prácticas que interfieren en el proceso fisiológico de la lactancia.
En el ámbito laboral, el 46.2% de las mujeres económicamente activas en el sector formal cuentan con una licencia de maternidad de 12 semanas, un tiempo insuficiente tanto para la recuperación física como para la consolidación del proceso de lactancia. Uno de los mayores retos es el regreso al trabajo y la incertidumbre de contar con un espacio privado y tranquilo para extraerse leche y mantener la producción. El desafío es aún mayor para el 55.4% de mujeres que trabajan en el sector informal y que no cuentan con ninguno de esos derechos.
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