Por Mariana Castro
Soy fisioterapeuta, especialista en piso pélvico y me llaman ¡la Reina de la Próstata!, una pequeña glándula que sólo se encuentra en el cuerpo masculino y es del tamaño de una nuez de Castilla. Sin ser equivalentes biológicos, las consecuencias de la próstata se parecen a las del útero: o dan hijos o dan problemas. Y la próstata puede ser muy problemática. La próstata y sus consecuencias parecieran exclusivas del mundo masculino, pero la realidad es que las mujeres estamos tan involucradas que se siente como si las enfermedades de la próstata suceden en nuestro cuerpo. Todo comienza con uno de los muchos sonidos del organismo humano. Ellos orinan, nosotras escuchamos... Una simbiosis que descubre los problemas de la próstata. Si bien la persona indicada para realizar el diagnóstico oficial de una próstata es el Urólogo, la sospecha de diagnóstico es auditiva, sucede al lado del baño, y casi siempre es femenina.
Los hombres ven, sienten y escuchan aparecer los cambios al orinar y piensan que desaparecerán tal y como llegaron. Pero no sucede así. Porque he de aclararles que no debería de haber ningún cambio en el patrón de desecho por parte de nuestro cuerpo. Es decir, así como orinamos en la infancia, debemos de continuar haciéndolo a lo largo de nuestra vida. Pensar que es parte de la vida y consecuencia del paso del tiempo es común y es erróneo. Los cambios al orinar se pueden identificar como un chorro intermitente, un menor flujo, un chorro más delgado, iniciar a orinar de una manera y terminar de otra, aumenta la frecuencia o disminuye, comenzar a orinar o terminar cuesta trabajo. Esto puede o no ir de la mano con una incontinencia urinaria, que es cuando no se logra vaciar bien la vejiga, cuando al sentir ganas de orinar sale inmediatamente (urgencia urinaria), aumenta la frecuencia paulatinamente hasta que no se puede dormir o ver un partido de fútbol completo, o se presenta una fuga de orina con esfuerzos que van desde el cambio de movimiento, toser y carcajearse, provocando humedad en la ropa interior y exterior. Todo lo anterior afecta la vida de los hombres y aunque la responsabilidad instintiva de la mujer es acudir inmediatamente al médico si cambia la forma de orinar, los hombres no son tan dóciles a la hora de ir a una consulta urológica.
Hay tabúes, miedos, desconocimiento que impiden un diagnóstico a tiempo. Si entendemos que la próstata se encuentra justo por debajo de la vejiga y rodeando la uretra, que es la manguera que transporta la orina al exterior del cuerpo, relacionaremos fácilmente que al inflamarse y crecer, inmediatamente provoca síntomas urinarios y es sencillo diagnosticarlo a tiempo ¿A tiempo para qué?, se preguntarán. A tiempo para recuperar y mantener la calidad de vida. Una prostatitis, que es inflamación de la próstata, llega a afectar tanto, que provoca que la vida del paciente y de sus seres queridos gire en relación al baño. Y una prostatitis no es sinónimo de gravedad, mientras que no diagnosticarse a tiempo sí lo es.
A partir del diagnóstico de urología el paciente tiene muchas opciones de tratamiento, dependiendo de la afección. En todos los casos la rehabilitación del piso pélvico es esencial y se suma a los tratamientos urológicos. Al piso pélvico se le identifica así: la próxima vez que vayan a orinar, corten el chorro y sientan la contracción muscular que permitió cortarlo. Esos músculos que se contraen son los que forman el piso pélvico. La rehabilitación del piso pélvico se hace con ejercicios sencillos que no requieren de mucha destreza física, sólo de disciplina y constancia. El objetivo es descontracturar, fortalecer, y estirar los músculos para recuperar nuevamente el control al orinar. Cada paciente es distinto y el tiempo de rehabilitación varía. Lo que sí es una constante es que siempre el piso pélvico excede mis expectativas, es sumamente noble, amable y agradecido. Le recupera la calidad de vida a los pacientes en tiempos y formas no esperados.
Algo que me ha sorprendido a partir de la pandemia es el aumento de hombres jóvenes, entre 20 y 40 años que han llegado a mi consulta con dolor pélvico, un dolor localizado “adentro”, muchas veces incapacitante y que se llega a acompañar de disfunción eréctil. Una situación más que disminuye la calidad de vida y de la cual se pueden recuperar si se rehabilita el piso pélvico. Aquí el origen es el nervio pudendo, un nervio que sale de la columna vertebral y le da sensibilidad, movilidad y contracción a los músculos del piso pélvico, además de encargarse de la erección del pene. Si no se rehabilita el piso pélvico y se añade un problema de próstata, en los siguientes años los hombres van a olvidarse del concepto de buena calidad de vida.
Todo es tratable, recuperable, el piso pélvico se rehabilita y la próstata puede estar sana y feliz. Entre más pronto el diagnóstico, más eficiente el tratamiento para que no nos de pena bailar las calmaditas o un cumbión loco: de la próstata para el mundo, su majestad, la Reina de la Próstata.
*Mariana Castro Sordo cursó la Licenciatura en Terapia Física y Rehabilitación en la Escuela de Medicina y Rehabilitación Adele. Más adelante realizó los Posgrados en Cadenas Musculares y Articulares Método DGS en el Center of Formation Philippe Campignion y en Rehabilitación del Piso Pélvico en el Herman & Wallace Pelvic Rehabilitation Institute en Estados Unidos.
Es experta en:
- Rehabilitación Deportiva
- Suelo Pélvico
- Incontinencia Urinaria
- Embarazo
- Cadenas Musculares
- Rehabilitación de Columna
- Rodilla y Hombro
- Dolor de Columna, Rodilla y Hombro
Mariana creó la *Clínica Fisio Alivio* en la Ciudad de México, donde atiende presencial o por telemedicina.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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