Por Mariana Conde*
Para aprovechar el 29 Tour de Cine Francés me doy una escapada entre semana; un miércoles cualquiera a la 1 p. m. La sala está vacía: un paraíso.
En algún lado oí catalogar como raros a los que van solos al cine. Una búsqueda rápida en Google arroja debates sobre si es cosa de personas extrañas, si es “terapéutico” (hoy día cualquier cosa recibe esta etiqueta), si denota introversión o es una experiencia obligada al menos una vez en la vida, algo así como un reto a quienes les da ansiedad el escarnio social.
SUSCRÍBETE PARA LEER LA COLUMNA COMPLETA...