Corrupción disfrazada de bienestar

Las otras mentiras son las que tapan la evidente incapacidad de gobernar, de hacer las cosas mínimamente bien, de tener un único objetivo: perpetuarse en el poder, sin que importen los resultados.

Corrupción disfrazada de bienestar
Marilú Acosta

Por Marilú Acosta

El gobierno actual cumple en el poder 5 años; lo que equivale a 1,826 días. Durante las mañaneras, calculadas no contadas, se han dicho 134,185 mentiras. Son 73.5 mentiras diarias (incluyendo días festivos y fines de semana). Ojalá pudiéramos decir que por hora se dicen 3 mentiras, pero no, porque la agenda del jefe del ejecutivo está libre después de las mañaneras. Muchas de las mentiras forman parte de la estrategia de “no perdamos la bonita costumbre de explicar que aquí la víctima yo soy”, de “los malos de malolandia son conservadores” y “es de que me atacan porque he terminado con los privilegios”. Las otras mentiras son las que tapan la evidente incapacidad de gobernar, de hacer las cosas mínimamente bien, de tener un único objetivo: perpetuarse en el poder, sin que importen los resultados.

“Ya resolvimos lo de los medicamentos”, quizá más que mentira es una alucinación. Es evidente que no está resuelto, ni cerca de estarlo. En un tema tan delicado como es el abasto de medicamentos, las mentiras y el derroche están a la orden del día. En ningún momento se les ha cruzado por la cabeza acercarse a profesionales de la logística y de aceptar los errores, ni hablar. La nueva ocurrencia del bienestar es crear una super farmacia con todos los medicamentos del mundo. Como bien define la RAE una ocurrencia es una idea inesperada, pensamiento, dicho agudo u original que ocurre a la imaginación. Y aquí hay que resaltar, que ocurre en la imaginación, de ahí que sea más preciso hablar de alucinación (RAE: sensación subjetiva que no va precedida de impresión en los sentidos), más que de mentiras. El problema de las ocurrencias del bienestar es que endeudan a la sociedad y sólo patean el problema para ver si mágicamente se resuelve o convenientemente se le olvida a la gente.