Por Michelle Lucero*
En 2024 desaparecieron en promedio 28 niñas, niños y adolescentes cada día en México. No es una suma de casos: es una crisis con causas identificables y salidas posibles si el Estado y la sociedad actuamos ya.
No podemos acostumbrarnos a su ausencia. Cuando una familia pega una ficha de búsqueda en un poste o comparte una alerta en redes sociales, el país entero debería detenerse a mirar. Pero no ocurre. Nos gana la prisa, la desinformación, el miedo. Pero en 2024, cada día desaparecieron 28 niñas, niños o adolescentes en México (RNPDNO). No son cifras frías: son vidas suspendidas y comunidades fracturadas.
Esta no es una suma de tragedias aisladas: es una crisis que combina violencia familiar y sustracción parental, pobreza y marginación, control territorial del crimen y nuevas formas de captación a través de redes sociales y videojuegos. Lo sabemos; está documentado. Y mientras discutimos si es “un tema federal o local”, hay familias que hoy viven en incertidumbre.
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