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Por Mónica Hernández

Mucho hemos escrito, con mayor o menor sorpresa acerca de este retorno a las esposas tradicionales o Tradwives, como símbolo que nos ancle a un piso que no se movía, a los valores de siempre, a algo que nos suene conocido o en el que nos podamos reconocer, independientemente de que nos guste o nos atraiga. En épocas de crisis, volverse conservador es una tendencia que se repite a lo largo de los siglos. Aunque espante más que el día de Muertos. 

Para estas mujeres jóvenes (o mayores) volver al rol tradicional de ocupar su vida en cocinar, limpiar, planchar, ponerse fit y cuidar de los hijos y el marido con disponibilidad 24/7 es un asidero a algo conocido y abrazan la “filosofía” como un recién llegado a una secta: con admiración y respeto. Lo que no saben porque no “siguen el dinero” es qué significa esta moda o “trend”.

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Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.