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Por Mónica Hernández

Murió Orenthal James Simpson, mejor conocido como O.J., un hombre que nació para crear polémica. Se puede decir que nació siendo polémica. Su historia no tardará en llegar a las pantallas, chicas o grandes. Tal vez una serie. O varias, porque hay detractores y seguidores, como toda persona que generó un circo mediático en los 90s. 

Los jóvenes descubren hoy en YouTube el video de la persecución policial a una camioneta, donde un ex jugador de fútbol americano escapa a toda madre sobre una autopista. Las patrullas se van quedando atrás, como si fuera un videojuego. Yo lo vi y lo viví en vivo, porque interrumpieron un juego de las Finales de la NBA para seguir la persecución en cámaras en helicóptero. Aún hoy no lo creo. La acción ocurrió en tiempo real y no fue un set de grabación, no hubo casting, no se buscaron locaciones. Por eso siempre se dice que la realidad supera cualquier ficción. Luego llegó lo que se conoce como “el juicio del siglo XX”. Tal vez lo sea y también el precursor del infausto juicio de Johnny Depp contra su exmujer. Tal vez ahora parezca algo normal, pero hace treinta años ver un juicio por televisión no era nada común. Ni el Superbowl de ese año tuvo tanto rating. Y sin patrocinadores ni anuncios. Espectáculo en estado puro.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.