Por Nurit Martínez
Al mejor cazador se le va la liebre, dice el dicho popular, solo que si hablamos de una figura como la de Martí Batres, director del ISSSTE, con su experiencia en el activismo universitario-estudiantil y luego político, pues nadie puede creer que él, quien luchó junto a la presidenta Claudia Sheinbaum en defensa de la educación pública, sea quien haya detonado el primer movimiento social en contra de su gobierno.
¿Quién ideó la iniciativa de reforma al ISSSTE que encendió la inconformidad de un grupo al que el expresidente Andrés Manuel López Obrador evitó confrontar durante su administración?
¿Quién convenció a Martí Batres de abrir semejante frente contra la presidenta? ¿Fue intencional o fortuito? ¿Y para qué? ¿La apuesta es al caos?
La iniciativa resumida en 25 puntos por Batres tiene puntos con los que nadie puede estar en contra, por ejemplo, fortalecer el sistema de salud, acabar con las pensiones privilegiadas a integrantes del Poder Judicial de hasta más de 309 mil pesos mensuales o dejar de pagar a 354 pensionados que se identificaron fallecidos y que representaban un pago de 133 millones de pesos, tal como el director del ISSSTE anunció públicamente al presentar la propuesta o en el documento que le entregó a la CNTE en enero.
Tampoco está mal que se busque limpiar las Tiendas del ISSSTE, plagadas de corrupción, que se clarifique y amplíe la compra de medicinas e insumos médicos, que se contrate a más especialistas de la salud, se eliminen los préstamos leoninos para los trabajadores y se construyan nuevos hospitales o centros médicos. No, nadie en su sano juicio se opondría. El tema, otra vez, está en lo administrativo o, mejor dicho, en los espacios de corrupción y en las políticas definidas que no pretenden ser cambiadas ni por el anterior gobierno de la 4T ni por quienes están en “el Segundo Piso”.
El grave error es que la iniciativa pretende obtener recursos para fortalecer el sistema de salud a partir de imponer mayores cuotas a unos cuantos, no por justicia social, ni porque los que ganen más paguen más en un esquema progresivo, sino porque junto a eso no hay una estrategia decidida y clara para cobrar los grandes adeudos de gobiernos locales, estatales o instituciones.
En efecto, la propuesta de Batres busca obtener 2 mil 700 millones de pesos de los trabajadores en activo, en lugar de enfocarse en recuperar los 90 mil millones que adeudan al ISSSTE los gobiernos municipales, estatales, universidades y otras instancias del Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Un hecho que retumba en las calles es que al trabajador le descuentan puntualmente esas cuotas, pero quienes las retienen no las entregan. ¿En qué, para qué y a dónde fueron a parar?
Frente a ese problema, a “alguien” se le ocurrió que la solución para llevar dinero al ISSSTE y poder enfrentar la crisis económica y administrativa que enfrenta en los servicios y para el pago de sus pensionados y jubilados era imponer una doble cuota a quienes, siendo trabajadores del Estado, tienen salarios por arriba de 34 mil 394.60 pesos mensuales.
El ISSSTE estima que 9.7 por ciento de ellos, es decir, 300 mil hombres y mujeres, deben aportar una cuota no sobre el salario base, sino sobre el ingreso total, incluyendo prestaciones adicionales.
El tema es que esa propuesta es un tiro directo a quienes, en el caso del magisterio, ayudaron a Morena y al movimiento que apoyó en el proceso electoral a consolidar el triunfo aplastante de la presidenta Claudia Sheinbaum. Así es, a los operadores políticos: directores, subdirectores, supervisores, dirigentes regionales del magisterio, pero lo mismo hace con profesores universitarios en todo el país.
Por ello, en el sector educativo siguen sin creer cómo es posible que el gobierno de la presidenta con A y el director del ISSSTE hayan apuntalado semejante propuesta.
Para quienes están en el sistema judicial, es otra puya que se suma a la reforma judicial y es incomprensible para quienes forman parte de la burocracia del gobierno federal y quienes laboran en el Poder Legislativo.
Con esto, desde el gobierno federal y el ISSSTE le dieron argumentos a la CNTE, un grupo con amplia experiencia en la movilización social, no solo para convocar a paros continuos, sino también para aglutinar a los grupos que no han obtenido nada en siete años del inicio de la transformación.
El más reciente listado de agrupaciones dispuestas a organizar marchas, plantones y protestas por todo el país suma 25 organizaciones, colectivos y centrales, así como 23 sindicatos, todos aglutinados ya con la CNTE, que desde Chiapas logró sentar a la mesa a la presidenta Sheinbaum para este martes en Palacio Nacional.
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