Me mudo a Argentina

Es dolorosísimo ver cómo se van desmantelando programas que daban atención a las infancias y, por ende, contribuían a la construcción de un sistema de cuidados en el país.

Me mudo a Argentina
Aideé Zamorano

¿Cuántas amigas, hermanas o colegas conoces que hayan tenido que abandonar el empleo formal por la falta de acceso a servicios de cuidados? ¿A ti te pasó? ¿A tu pareja, a la madre de tus niñas o niños? Pedirle a la familia que cuide a tus hijas o hijos tampoco resuelve el problema. Ya hemos comprobado que no tenemos las competencias técnicas en el país para seguir dando a la familia el rol de educadores en la etapa de la primera infancia. ¿Por qué queremos seguir usando la misma fórmula que no funciona?

Es dolorosísimo ver cómo se van desmantelando programas que daban atención a las infancias y, por ende, contribuían a la construcción de un sistema de cuidados en el país.

A algunas personas que conozco no les hace mucha gracia que diga que la Secretaría de Educación Pública (SEP) también cuida. El último madruguete que nos aplicaron fue cuando en el Diario Oficial de la Federación (DOF) podíamos constatar que las “Escuelas de Tiempo Completo” habían desaparecido. Llegaron a decirme que no me preocupara, que sólo era cambio de nombre y que “La Escuela es Nuestra” seguiría dando atención a las más de tres y medio millones de niñas y niños que se beneficiaban del programa.

Además del impacto en la vida de las infancias también dificultan el acceso de las madres al trabajo, es una violencia institucional para nuestro grupo, vamos perdiendo años de lucha, ya bastante daño habían hecho con la desaparición de las estancias infantiles, que contribuían a proveer tareas de cuidados para las y los menores de las madres y padres que no tenían acceso a seguridad social. Eso sí es clasismo y una falta de entendimiento de la realidad del país.

Por eso me mudo a Argentina, al menos sería una mejor opción para el tema de cuidados que me interesa. En la tierra de la Casa Rosada, el 23 de marzo publicaron un decreto presidencial que me hizo soñar con irme al país del tango y de Mafalda.

Los y las empleadoras tienen un año para acondicionar espacios en sus instalaciones que brinden servicios de cuidados a las niñas y niños de entre 45 días a tres años de edad y que están a cargo de las trabajadoras y trabajadores. Me encanta que no hay un sesgo de género y que la publicación no hace referencia a padres o madres.

Por supuesto que hay reglas:

  • Se les exigirá esta instalación a los centros de trabajo que tienen más de cien colaboradorxs.
  • Si una empresa tiene varios edificios en un mismo parque industrial, los centros de cuidado pueden compartirse
  • Para los convenios colectivos de trabajo se pueden reembolsar los servicios de guardería y el monto no puede ser menor al 40% del salario mensual ¿cómo les habría caído esto?

¿Ustedes creen que encuentre trabajo allá fácilmente? Porque mientras en otros países de Latinoamérica dan pasos hacia un sistema universal de cuidados, acá estamos en pleno desastre violentando a nuestras infancias.

En las próximas semanas tendré clase con Mercedes D’Alessandro, Directora Nacional de Economía, Igualdad y Género en Argentina y ya tengo preparadas algunas preguntas para ella. Me gustaría saber si a alguien le emocionaría una clase con Delfina Gómez Álvarez, Secretaria de Educación Pública de México.

@soymamagodin

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