El DF en Semana Santa
La ciudad se tornó poesía ante mis ojos y a medida que se acercaba la noche el embrujo se fue haciendo mayor.
Por Diana J. Torres
La primera vez que me tocó quedarme en esta ciudad en Semana Santa andaba medio agüitada porque no tenía ni un peso, ni para ir siquiera a La Marquesa o al Ajusco, ¡ni para Chapultepec me alcanzaba! Mis amistades, la gran mayoría, salieron en estampida de la urbe y yo me quedé en mi cuarto de azotea en la Obrera mirando…