Salir a buscar, solo eso me hace sentir bien

Pasaré otro Día de las Madres sin mi hijo, pero pidiéndole a Dios que me dé la vida y salud para encontrarlo.

Salir a buscar, solo eso me hace sentir bien
Eva Matus

Soy Ramona Matus Soto y me dicen Eva. Mi vida cambió desde que uno de mis cuatro hijos, Erik Alberto Medina Matus, desapareció el 30 de septiembre del 2017 en Ciudad Obregón, Sonora.

Mi hijo tenía 38 años cuando desapareció y cuando supe qué pasó me volví loca y sentí que todo me daba vueltas. Lo primero que hice fue poner la denuncia, pero a los días me dijeron que lo habían matado en un vagón de tren y lo bajaron en Hermosillo, Sonora.

Así fue como decidimos irnos mi hija, mi yerno y yo a buscarlo. Pedimos un carro prestado para poder ir, pero no llevábamos dinero ni conocíamos bien el camino, lo único que llevábamos era nuestro dolor y la esperanza de que no fuera cierto lo que se decía de mi hijo, pero no pudimos llegar, nos quedamos tirados en Guaymas, batallamos para regresarnos a Obregón; bien noche, pero llegamos.

Luego fuimos a la fiscalía para ver si nos podían ayudar a averiguar si estaba mi hijo y ahí nos dijeron que no estaba ni en ese lugar ni en Hermosillo, y no hicieron más.

Pasó el tiempo y me enteré de que iba a venir un colectivo de buscadoras a Obregón. Me contacté con la líder, nos vimos y nos pusimos de acuerdo para salir a buscar a nuestros tesoros.

En mi primera búsqueda encontramos ocho osamentas. Ya se imaginarán tanto dolor que sentí pensando que ahí estaba mi hijo, “mis entrañas”, como les digo a mis hijos de cariño. Lloré y lloré, y luego a la semana siguiente encontramos otros más ahí mismo. Fueron en total 39 o 49, ya no recuerdo bien.

En este tiempo he encontrado varios cuerpos, ya aprendí; al poco tiempo otra compañera hizo otro colectivo aquí en Obregón. Hace tres años de eso y aún sigo buscando a mi hijo, ahora también a un sobrino y a los hijos de todas.

He batallado mucho, pues, además de la falta de dinero, desde que mi hijo desapareció me han resultado muchos males: el asma, los oídos perforados, incontinencia y párale de contar. Pero no puedo dejar de ir a buscar, solamente falté cuando tuve asma.

Mi vida es muy triste, pues perdí la ilusión por muchas cosas como oír música, salir a fiestas o siquiera salir de casa; salir a buscar, sólo eso me hace sentir bien. Y aunque me deshidrato y a veces por el calor nos pasa de todo, aquí sigo adelante por mis demás hijos.

Nuestro colectivo se llama Rastreadoras de Ciudad Obregón, Sonora, y hasta aquí dejo mi carta, muy triste porque pasaré otro Día de las Madres sin mi hijo, pero pidiéndole a Dios que me dé la vida y salud para encontrar a mi hijo y a todos.

- Ramona Matus Soto


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Más de 150 opiniones a través de 100 columnistas te esperan por menos de un libro al mes. Suscríbete y sé parte de Opinión 51.