Calladitas no nos vemos bonitas
Cada consigna que gritamos mientras caminamos, apoderándonos de las calles y del corazón de este país, aún retumba en el suelo de todas las ciudades, al igual que en nuestras conciencias y corazones.
Esta semana acudí, como hace unos años, a la marcha del 8M. Fue una manifestación llena de emoción y sororidad, pero sobre todo repleta de paz y empoderamiento. Por única vez en el año, durante el 8 de marzo las calles son nuestras y nos atrevemos a caminar sin miedo a ser molestadas, acosadas o agredidas por algún desconocido.
Uno de los aspe…