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Asfixiar a las ONGS

Se necesita oxígeno con urgencia. La vida de las ONG está en peligro.

Por Gabriela Sotomayor*

La iniciativa de ley para reformar el artículo 82 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR) propuesta por una diputada federal de Morena, pretende asfixiar a la sociedad civil en México y con ello socavar el goce y la defensa de los derechos humanos en el país, así como obstruir el acceso a la justicia de miles de víctimas, entre ellas las mujeres, quienes a lo largo de los años han recibido apoyo y acompañamiento de la sociedad civil.

En la sesión de la cámara del 22 de febrero la legisladora morenista Reyna Celeste Ascencio Ortega propuso tal reforma desde los oscurito pues no subió a la tribuna a leer la iniciativa que busca regular y controlar los recursos que reciben del extranjero las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), especialmente si se dedican a desarrollar actividades de cabildeo y litigio “en contra de México”.

Estas organizaciones, “promueven el golpismo y se trata de evidentes actos de intervencionismo que violan nuestra Soberanía Nacional, es totalmente inmoral que gobiernos y empresas extranjeras quieran tener injerencia en la vida nacional’’, sostiene.

Es claro que la propuesta lleva grabado el nombre de “Mexicanos contra la Corrupción” a la cual el presidente Andrés Manuel López Obrador suele atacar con ferocidad desde su púlpito, a pesar de que es de lo más normal, y de todos sabido, que varias ONG reciben recursos de países más acaudalados que destinan fondos a la defensa de derechos humanos en el mundo.

Pero el documento no termina ahí, también acusa que otra “asociación que nos ataca, que tiene que ver con periódicos o que se presenta como la defensora de los periodistas, que se llama Artículo 19, también recibe financiamiento del gobierno de Estados Unidos’’.

“Claro, es intervencionismo y es promover el golpismo. El golpismo es un movimiento que se va gestando, que puede consumarlo el ejército o militares, pero las condiciones para llevar a cabo el golpe se van creando con el apoyo de gobiernos extranjeros, de medios de comunicación, remarca.

Si se aprueba esta iniciativa, quizá la 4T intente pasar otra reforma que atente contra los medios, la libertad de expresión y la libertad de asociación y de manifestación pacífica en el país, lo cual puede silenciar a opositores, a miles de víctimas, incluyendo a muchas mujeres y sus causas.

Además, el peligro está en que una vez que el gobierno acuse a las ONG de “injerencistas o golpistas”, podrían cerrar oficinas, confiscar bienes y, en una palabra, ahogarlas.

Las libertades están en juego y el panorama es sombrío. Lo mismo sucedió con las ONG en otros países como Rusia, China, Egipto y en países de la región como Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Venezuela.

En Rusia, por ejemplo, a fines de 2021, el Kremlin cerró la icónica Fundación Memorial International que denunció el terror soviético 30 años después de la disolución de la Unión Soviética y clausuró el Centro de Derechos Humanos Memorial con más de tres décadas de lucha en favor de la memoria histórica de los crímenes soviéticos. Todo ello con la justificación de la ley de agentes extranjeros. Dichas instituciones investigaron los crímenes de la Rusia moderna. Por ello perdió la vida la activista Natalia Estemirova galardonada con el premio Anna Politkóvskaya, también asesinada en Chechenia.

En Cuba las únicas ONG reconocidas por el gobierno son las que son leales al castrismo. Sus dirigentes alaban “la revolución” cuando La Habana es llamada a escrutinio en foros de la ONU. En Nicaragua, el régimen canceló el registro de Oxfam y otras ONG por inmiscuirse en “política interna”. Leyes similares rigen en Venezuela con persecución penal y castigos por “traición” y “ataques a la soberanía nacional”.

“En suma, queremos acabar con un negocio donde intereses extranjeros y empresariales contratan a estas organizaciones y éstas simulan que defienden derechos humanos, cuando en realidad promueven una agenda antinacional y contraria al cambio verdadero”, propone la 4T.

Se necesita oxígeno con urgencia. La vida de las ONG está en peligro.