Desde la trinchera del fuego
Las diosas mexicanas —las que tienen serpientes en las faldas— nos eligieron por género para hacernos de maíz, grano sagrado que se convierte en harina fuerte y consistente.
Por Martha Ortiz
Ser mujer en México no es platillo fácil. Ya seamos cocineras, estudiantes, politólogas, empresarias, abogadas, artistas, escritoras, videntes, hechiceras, ingenieras, bordadoras, maestras, artesanas, lo que importa no es la profesión ni el oficio, pero sí la valentía de habernos cocinado a fuego lento. Despacio y con cadenci…