Elena Poniatowska: mujer que tiende puentes

La obra de Elena Poniatowska tiende puentes. Nos presenta a mujeres fascinantes, como ella. No hay mejor arma contra el silencio y el olvido que su crónica.

Elena Poniatowska: mujer que tiende puentes
Melissa Ayala

Por Melissa Ayala

Me adentré a la obra de Elena Poniatowska a través de la lectura de Leonora, una obra maestra escondida en el librero de mi abuelo. En Leonora, Elena Poniatowska nos acerca a la vida de la pintora surrealista Leonora Carrington, donde la propia autora señala que el libro es una aproximación libre a la vida de una artista fuera de serie. Me enamoré de la prosa de Poniatowska y hurgué en el librero de mis abuelos maternos buscando algo más escrito por ella. Así fue como llegue a Tinísima y luego a Paseo de la Reforma.

La escritura de Poniatowska es como un vaso de agua: a nadie se le niega, te satisface y siempre se desea uno más. En los libros de su autoría que he leído me he rendido ante las mujeres de las que habla, pero también ante esta ensayista y escritora excepcional que con cada párrafo provoca hambre por adentrarse más en las historias sobre las que escribe.

Paseo de la Reforma tiene más de 25 años y su crítica social se sigue sintiendo cercana a nuestra época; este libro bien pudo haber sido escrito ayer pero sólo podría haber sido escrita por una mujer como Poniatowska, una periodista cuya vida propia y sus experiencias le permitieron traer a la vida a personajes como Ashby y Amaya y retratarnos estos dos Méxicos que parecen muy próximos geográficamente, pero al mismo tiempo son diferentes entre sí.

La obra de Elena Poniatowska tiende puentes. Nos presenta a mujeres fascinantes, como ella, a mujeres que destacan por su personalidad, como la de ella, mujeres creadoras que se alejaron de las reglas impuestas en épocas previas donde los estereotipos de género eran losas aún más pesadas que nos tocaba arrastrar. Pero también nos ofrece radiografías sociales que nos cimbran. La noche de Tlatelolco contiene la fuerza de un tsunami, en sus páginas recoge una historia que debe ser leída por todas las generaciones para aferrarse a la terca memoria. No hay mejor arma contra el silencio y el olvido que su crónica.

Hoy por la noche, mi hija Victoria y mi hijo Nicolás me escucharán leerles La vendedora de nubes antes de dormir, porque es necesario recordar que hay Elena Poniatowska para todas las edades.

@melissaayala92

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