De revocaciones y otros conservadurismos liberales
Se le metió en la cabeza que la voluntad del pueblo está por encima de la ley y por ello es lícito violar la ley para escuchar al pueblo.
Por Mónica Hernández Mosiño
El señor presidente, bajo de estatura y con unos pantalones que le quedan grandes, se pasa la mano por el pelo, peinado de raya a lado y acomoda los cada vez más escasos cabellos. Sabe que nunca será calvo, porque los varones de su raza no producen hombres pelones. Mete las manos en los bolsillos, donde …