El lazo que la cárcel no puede romper

Y aunque es injusto ahora, doy gracias a Dios por darme la oportunidad de tener un bebé dentro de la cárcel y entregarle mi tiempo completo.

El lazo que la cárcel no puede romper

Por N.G.

Un día cualquiera, muchos dirán un día perdido, yo digo un día ganado, hoy el Día de las Madres. Soy N.G., me encuentro recluida en una prisión del Estado de México y voy a cumplir cinco años presa por un delito que no cometí.

Cuando yo me encontraba en indefensión, las dizque autoridades me fabricaron una carpeta de robo a vehículo, presentaron videos en los que se veía claramente que yo no era. Me sentenciaron a 16 años, seis meses y, aunque es injusto ahora, doy gracias a Dios por darme la oportunidad de tener un bebé dentro de la cárcel y entregarle mi tiempo completo. Prefiero no dar detalles de cómo me embaracé, pero agradezco por mi bendición, que tiene un año y medio de vida.

Él es muy apegado a mí en comparación con mi hija de siete años, pues solo pude convivir con ella dos años y, aunque no lo aproveché, ahora me doy cuenta de que me he perdido de muchas cosas que con mi hijo puedo ver; él es muy inteligente y coqueto. Dios quiera y pronto pueda ver a mis dos hijos juntos, nada me daría más alegría, ya es lo único que pido.

Yo prometo nunca olvidar el gran lazo que mi hijo, mi compañero, mi niño, y yo construimos juntos.

A mis 26 años me considero más madura que cualquier otra persona de mi edad y me gustaría decirles a las otras mamás que están afuera que aprovechen a sus hijos al menos cuando están pequeños porque creas un lazo tan bello que ni una cárcel ni nada podrá romper.

Me gustaría que las autoridades nos dieran beneficios a las mamás, que fueran justos con sus sentencias.

Hay mucha gente como yo, inocentes y presas, que tienen esperanza. He ganado más de lo que he perdido. Gracias, juez de la vida, por todo esto, que yo ahorré tantas cosas, gané mucho más y perdí muy poco.

Todo ha sido gracias a mi madre, que nunca me ha dejado, Isabel y mi hija son las mujeres más fuertes que conozco, sin ellas mi mundo se acabaría.


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