Malas mujeres

Si pensar distinto es una condena desde el poder, pensar distinto siendo mujer es intolerable

Malas mujeres
"…y en un cuestionamiento le dice Belinski: ‘No cabe duda que cuando un hombre se entrega por entero a la mentira pierde hasta la imaginación y el talento’".

López Obrador, parafraseando a Belinsiki. 8 de febrero 2021

Yo recuerdo a Denise Dresser de las mesas en el programa de Carmen Aristegui. Siempre fue directa y firme en sus opiniones sobre todo lo que se hacía mal en el sexenio pasado, tal como lo ha seguido siendo con éste, noticiero en el que por cierto el hoy presidente era un invitado frecuente. La sorpresa de estos últimos tres años no ha sido la forma de gobernar de López Obrador, que salvo por la militarización todo lo había anticipado. La sorpresa han sido las personas que continúan manteniéndose críticas del poder, sin importar quién fuese la persona que lo ejerciera.

Recuerdo también la primera vez que entrevisté a Rosanety Barrios. Me gustó y me llamó la atención cómo sus observaciones estaban basadas única y exclusivamente en elementos técnicos. Señalando lo que se había hecho mal y podía mejorarse, y lo que se está haciendo mal y puede mejorar.

Durante la mañanera en al menos 15 ocasiones entre el 9 de junio del 2020 y el 29 de noviembre del 2021 se ha hecho mención a Denisse Dresser, ya sea desde la voz del propio presidente, de Elizabeth García Vilchis o de uno de los “periodistas” a modo. Cada comentario echa a andar un mecanismo de ataque en redes que nada tiene que ver con la crítica vertida, sino con la persona que lo hizo. Esta no es una lucha de poder entre un Presidente y un poderoso medio de comunicación, es una batalla entre el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y una académica y comunicadora.

La disparidad de poder quedó patente también en la adjetivada respuesta que dio con intención de derecho de réplica el encargado de comunicación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)  a la columna de Rosanety Barrios publicada en este mismo espacio editorial. Desde una institución del Estado (venía en hoja membretada) descalificó un texto por quién lo había escrito al señalar que buscaba entregar los bienes de la nación a empresas extranjeras. La Comisión Federal de Electricidad acusa sin prueba alguna a la articulista y experta en materia energética.

Al presidente sólo le gusta un tipo de mujeres, las que le obedecen. Si pensar distinto es una condena desde el poder, pensar distinto siendo mujer es intolerable. A esto hay que agregar que existe otro tipo de mujeres que incomodan al presidente, de las que no habla, de las que es incapaz de mencionar por su nombre: las víctimas de feminicidio.


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