Las mujeres no solo escribimos, además, lo hacemos muy bien
Leer a Lucia Berlin es encontrarte a medio camino entre la autoficción y una vida real que carece de finales felices o edulcorados
Para llegar al lugar en el que hoy me encuentro he tenido varias vidas. He sido recepcionista de un gimnasio que nunca cerraba, vendedora de zapatos baratos a mujeres que lo que realmente querían era que alguien escuchase su triste historia, mesera en un antro en el que tenía que entrar en los baños para asegurarme de que las chicas no fumaran, pero deb…