Les voy a dar mi celular

Alguien tiene que empezar a comportarse como el adulto en la sala, y claramente el presidente no va a ser.

Les voy a dar mi celular
Pamela Cerdeira

Por Pamela Cerdeira

Ya olvidé hace cuánto fue, comenzaba un nuevo proyecto en radio, y quería retomar algo que hacía muchos años se hacía: el buzón de voz. El público llamaba a un número fijo, entraba una contestadora y entonces dejaba su mensaje de voz que después se podía escuchar al aire. Cuando fui locutora en Alfa Radio teníamos uno, lo recuerdo porque algún chistosito llamó para dejar el siguiente mensaje ”Pamela, te voy a tocar la cucaracha con la lengua: la la la..la, la la la..la…la la la la lala, (porque no tiene, porque le falta….)”. Lejos de la anécdota, replicar el modelo me parecía importante, pero parecía que la tecnología era un tanto complicada de replicar, quizá por antigua. Así que decidí sacar un número de celular que pudiera dar al aire. Hoy es común, todo mundo tiene un número de whatsapp público, pero no en aquel entonces. Era un experimento del que yo me sentía muy segura porque aunque pareciera que estaba dando de manera pública algo que era de uso privado, en realidad, nacía con el fin de ser público, lo que cambiaba el juego. Recibí todo tipo de mensajes, ninguno preocupante, hasta que un entusiasta decidió mandarme la foto de su pene… Desde distintos ángulos. Ese era sin duda uno de los riesgos que sabía que corría al dar mi número al aire. Sin mucha experiencia en el tema (de recibir penes no solicitados), decidí preguntar al aire qué hacía con el sujeto, había dos opciones que yo dejaba en manos de mi audiencia: bloquearlo o dar SU teléfono al aire, sabiendo que lo que le seguiría sería, entre otras cosas, fotos de penes no solicitadas entre muchos otros insultos. El exhibicionista estaba oyendo el programa y de inmediato me escribió: “disculpa, no pensé que fuera a ofenderte, no lo vuelvo a hacer”. Así que no lo bloqueé, no di su teléfono al aire (opción que hoy estaría fuera de la mesa) y sigo incrédula al respecto de que no pensó que fuera a ofenderme. ¿De verdad creen que es algo que agradecemos? Pues ni que fueran santitos o bendiciones.