El inocente y juguetón Dalai Lama

¿Por qué si las redes estaban furiosas con el video del Dalai Lama, no había una sola declaración desde sus cuentas oficiales?

El inocente y juguetón Dalai Lama
Pamela Cerdeira
Por Pamela Cerdeira 

Fui entrenada en la duda, “no confíes, ni entregues a nadie que en la duda está el saber”, repetía mi abuelo. “Si un político me dice buenos días, yo volteo a ver reloj, no vaya a ser que me esté mintiendo”, me decía mi papá. Dudo. Dudo sobre todo del contenido que se genera en redes sociales, y a pesar de que ya gran parte de de los diarios nacionales llevaban el tema, la información era exactamente la misma. ¿Por qué si las redes estaban furiosas con el video del Dalai Lama, no había una sola declaración desde sus cuentas oficiales? ¿Por qué hasta ese momento algunos diarios internacionales no estaban llevando la nota? Y es que creo que más vale decirla tarde que mal.

El video era clarísimo, un niño pregunta al Dalai Lama si lo puede abrazar, éste pregunta qué quiere el niño, le traducen, dice que sí, lo abraza, y después él lo besa en los labios y le pide que chupe su lengua, todo hasta el final en el que vuelve a abrazarlo y el niño incómodo intenta quitarse. No parecía un deep fake, el software en versión beta que utilicé me decía lo mismo, no era un video falso.

Los hechos ocurrieron el 28 de febrero en un evento de una fundación que apoya a estudiantes de India, M3M Foundation, al momento que escribo estas líneas no han emitido en sus redes sociales ningún comentario al respecto. Fue más de un mes después que el video empezó a circular en redes sociales, los primeros registros que encontré son del 7 de abril. ¿Por qué habrá tardado tanto tiempo?

¿Es común que el Dalai Lama bese en la boca a las personas a quienes abraza? Parece que sí, no porque sea una apreciación personal, sino que lo justifica en su comunicado de “disculpa”. Más de 12 horas después, en las cuentas oficiales del Dalai Lama se publicó un mensaje:

“Un videoclip ha estado circulando que muestra una reunión reciente en la que un niño preguntó a Su Santidad el Dalai Lama si podía darle un abrazo. Su Santidad desea disculparse con el niño y su familia, así como con sus muchos amigos en el mundo por el daño que sus palabras hayan causado” ¡¿Sus palabras?! No fueron sus palabras, fueron sus actos.

“Su Santidad regularmente bromea con las personas que conoce en una forma inocente y juguetona, incluso en público y frente a las cámaras. Él se arrepiente de este incidente.” No es un incidente, se llama abuso, no es juguetón ni inocente, es un señor pidiéndole a un niño que lo bese en la boca, que chupe su lengua, y después lo abraza cuando el niño está claramente incómodo. Repitamos mil veces, no es inocente, no es juguetón, es abuso.

Y entonces ya la única pregunta que importaba era ¿a cuántos adultos les ha pedido que les chupe la lengua? Y me encantaría preguntar si pasará algo después de esto, pero me temo que todas y todos conocemos la triste respuesta.

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@PamCerdeira

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