Partir en Navidad

Él era el cúmulo de pequeñas cosas que construyen una vida, sus salidas diarias por un café solitario, sus llamadas cortas, su fumar a escondidas y su disposición para contestar todas mis preguntas.

Partir en Navidad
Pamela Cerdeira

Por Pamela Cerdeira

Conocí a Pepe una tarde de domingo, me preguntó de dónde era, contesté que de aquí, de la Ciudad de México, e insistió con la pregunta subiendo el tono de voz, quería saber de dónde era mi papá, cuál era el pueblo español en donde había nacido. Me dijeron que no me lo tomara personal, así es Pepe, escuché la primera de miles de veces en un tono condescendiente,  y no lo tomé personal, pues a mis temblorosos veinticuatro años, estando por primera vez en una comida familiar de mi recién estrenado novio, en la que él me presentaba a su mamá, sus tíos y su abuela y yo nos presentaba a mi y a mi hija de tan solo un año, la inquisitiva pregunta sobre mi origen era lo de menos.

Pepe vivió casi toda su vida con su mamá, hasta que ella partió a los 99 años, me da la impresión de que quienes viven para cuidar se sienten obligados a vivir mucho tiempo. El último año lo pasó con sus hermanas, parece hasta caprichoso cómo la vida volvió a juntar a esa familia nuclear bajo el mismo techo. La forma en la que sus padres abordaron su condición mental le impidió hacer una vida independiente, sin embargo sus habilidades básicas terminaron por ser altamente funcionales en su hogar, él siempre dispuesto, él siempre confiable, es que así es Pepe, el que manejaba el coche, el que acompañaba a su madre al doctor, el que compraba las carnes frías de los domingos, el que llevaba a los niños al Oxxo después de comer para comprar lo que quisieran, y es que para cualquier niño, el adulto que deja la comodidad de su asiento dominical para llevarte a la tienda de la esquina se convierte en la persona más generosa y hasta sospechoso de millonario. ¡Te compra todo y hasta te da domingos!

Él era el cúmulo de pequeñas cosas que construyen una vida, sus salidas diarias por un café solitario, sus llamadas cortas, ver el futbol y la heredada afición por la televisión española, su fumar a escondidas y su disposición para contestar todas mis preguntas. En la cafetería de un velatorio me contó cómo las duchas frías callaban a las voces en su cabeza, y me confesó todo sobre una misteriosa y para todos desconocida novia de nombre Paquita. Sería graciosísimo que este texto llegara hasta la misteriosa enamorada y nos desmintiera a todos sobre su origen imaginario.

Pues Pepe se fue, y decidió partir en Navidad. Nunca es un buen día para irse, pero hay fechas peores. #SofiDe6 se quejaba, era un día destinado a estar contentos, y ahora ella estaba muy triste. #BenjaDe13 le contestó “deberías estar feliz, pasó lo mejor que pudo pasar para todos. Ahora Pepe pasará Navidad con su mamá.”

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@PamCerdeira

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