Querida Claudia

Siempre habrá un freno, un tope, alguien más a quien rendirle cuentas, y en tu caso es ese elector único al que debes convencer para conseguir tu meta. Sin su visto bueno nada de lo demás será posible.

Querida Claudia
Por Pamela Cerdeira

Sé que eres una mujer astuta que sabe perfectamente bien cómo jugar en el tablero político. Sé que conoces los caminos, que identificas los numerosos retos y baches que te esperan de frente, que tu visión está en el 2024 y solo hay una persona que sería capaz de moverla de ahí. No necesitas una carta con consejos, de hecho ésta no lo es. Pero teniendo en cuenta que eres la primera mujer en la historia de México con posibilidades serias de convertirse en la primera Presidenta debo decirte esto.

Tu administración en la Ciudad de México comenzó con el pie izquierdo con quienes tendrían que haber sido tus aliadas naturales, las mujeres. No fue gratuito. Se trató de deslegitimar a un movimiento con una forzadísima narrativa que quería ligar al PRI con una de las mujeres que apoyaban a las víctimas que habían tomado las instalaciones de la CNDH. Se persiguió a una artista urbana, a quien se le incautaron sus herramientas de trabajo (espadas de utilería) alegando que eran armas para ser utilizadas durante la marcha del 8M. Tardaron cuatro años en cambiar la narrativa en el 8M  de golpes entre feministas y policías, por flores para las policías. Cuando cualquiera que haya asistido a una marcha o la haya visto desde las cámaras del C5 sabe que los eventos violentos son mínimos en relación a la participación de quienes marchan. Se insiste en poner en la glorieta de Colón un monumento, que si bien busca recolocar en la narrativa a las mujeres indígenas del pasado, niega a las del presente, pues ellas también son mujeres que luchan: que buscan a sus desaparecidos, que lloran a sus hijas, que no han sido escuchadas.

La retórica, ¿o debo decir la mentira? salta a la vista. La desaparición del cuerpo de granaderos que sigue operando, la espontánea iniciativa de ciudadanos de poner espectaculares en todo el país con tu nombre, ah no, espera, no eran ciudadanos comunes, ahora resulta que son diputados;  la insistencia que no aguanta un solo análisis en que el presupuesto del Metro no se ha reducido; y la reciente contradicción de que poner militares no es militarizar. ¿Qué es entonces? ¿Qué cuidan? ¿Cuidan a los usuarios de la delincuencia, las instalaciones del metro de su propio sindicato o tu imagen para el 24?

Es claro también, que no importa cuán lejos se llegue, siempre habrá un freno, un tope, alguien más a quien rendirle cuentas, y en tu caso es ese elector único al que debes convencer para conseguir tu meta. Sin su visto bueno nada de lo demás será posible, y entonces ¿qué queda para ti? ¿Qué queda para las mujeres?

¿Crees en la narrativa polarizadora que repites o es que no hay opción? ¿Qué pasará cuando se vayan (porque todos los períodos terminan)  y el daño esté hecho?

Cada vez que una mujer llega a una posición de poder no lo hace por sí sola, lo hace también gracias a las que subieron los escalones anteriores. ¿Puede tu liderazgo ser distinto? ¿Te interesa que lo sea? ¿Quieres llegar por ti, llegar por todas, o quieres llegar para él?

En términos de transporte colectivo ¿a dónde va ese tren, de qué está hecho y qué es lo que lleva dentro?

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@PamCerdeira

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