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Por Rosa Covarrubias

Era la mañana del 18 de septiembre del año 2000. No recuerdo la hora exacta, seguramente eran cerca de las 5 a.m., cuando una de las televisoras que transmitían los Juegos Olímpicos puso al aire la competencia de halterofilia femenil. ¿El motivo? México estaba peleando por una medalla en la categoría de los 58 kilogramos. Era la primera vez que las mujeres competían en este deporte en unos Juegos Olímpicos.

La imagen es imborrable: Soraya Jiménez, de 23 años, compitiendo contra la élite mundial, luchando palmo a palmo por el oro olímpico. En la tarima, en su último intento, Soraya respiró hondo varias veces antes de levantar 127.5 kilogramos sobre sus hombros. Con los brazos en alto, completó un levantamiento válido para un total de 222.5 kg, superando a la norcoreana Ri Song Hui, consiguiendo el título e imponiendo un récord olímpico.

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