Por Rosa Covarrubias
“A todos los que dijeron que no podía hacerlo, que soy demasiado vieja, que fui alguien, que necesito ver a un psicólogo, que estoy loca y que nunca seré tan rápida como antes… gracias”.
—Lindsey Vonn, 14 de diciembre de 2025.
Si esperas que un deportista, cualquiera que sea, se rinda fácilmente, estás equivocado. Tienen un chip especial, algo oculto que pocos entendemos y muchos deseamos. Están en constante movimiento; pareciera que nada los detiene y, aun después del retiro, cuando han sido profesionales o atletas de alto rendimiento, hay algo que los une: un imán invisible que hace que, inevitablemente, sigan en contacto con su disciplina.
SUSCRÍBETE PARA LEER LA COLUMNA COMPLETA...