El periodismo, la herramienta para garantizar el derecho a la libertad de expresión

En un país en el que ser periodista es un riesgo inminente por lo que se escribe y se dice, la libertad de expresión podría ser, para muchos, un lujo en lugar de un derecho.

El periodismo, la herramienta para garantizar el derecho a la libertad de expresión
Rosa Covarrubias

Margena de la O es una de las fundadoras de Amapola, Periodismo Transgresor, un medio independiente de Guerrero, uno de los estados con mayor índice de criminalidad en México. Relata que cuando comenzó como reportera en sus épocas de universitaria se dio cuenta de que ya no había vuelta atrás. Se define como “una periodista guerrerense, comprometida con el ejercicio, con la profesión del periodismo.

“Todos los días es un camino que uno va construyendo, va allanando, va abriendo brecha y no tiene vuelta atrás. Estoy consciente de los riesgos, tampoco quiero romantizar lo que nos ocurre porque la situación que enfrentamos los periodistas, sobre todo en contextos tan adversos como vivimos en Guerrero, por supuesto que no lo quiero romantizar, pero estoy segura de que en esto quiero estar y a esto me quiero dedicar. Creo que todos los días que vamos teniendo contacto con otras personas que nos involucran en sus vidas, que nos involucran en sus situaciones, no tiene vuelta atrás y ahí estoy”, agregó Margena.

En un país en el que ser periodista es un riesgo inminente por lo que se escribe y se dice, la libertad de expresión podría ser, para muchos, un lujo en lugar de un derecho al que toda persona debería tener acceso.

“Los periodistas, por nuestra profesión, estamos en el ejercicio de que se nos haga respetar porque al final es un derecho que da mucha sostenibilidad a la profesión, al ejercicio, pero creo que hay muchos agentes que impiden que accedamos a ese derecho. Creo que el periodismo siempre va a ser la herramienta justamente para que otras personas, independientemente del gremio periodístico, puedan tener acceso a ese derecho. Somos un vehículo que garantiza este derecho aún con esta situación adversa”, señaló De la O.

En busca de que se ejerza ese derecho y que se proteja la integridad de los periodistas en lugar de los grandes medios, Margena nos cuenta cómo nació el medio independiente Amapola: “es la articulación de periodistas para autoprotegernos, para mantenernos a salvo, obviamente, del riesgo que pasan acá. Nos dimos cuenta de que las principales amenazas de riesgo para los periodistas venían de los servidores públicos. Amapola viene de ese proceso, en alianza con otros medios nacionales.

“Reflexionamos que había la necesidad de cubrir la violencia desde otro lugar, no solo desde donde nos dicen las instituciones. Decimos que en la violencia o en la criminalidad hay más agentes implicados que los grupos criminales”, añadió.

“Yo siempre he dicho que, para informar, los periodistas tenemos que estar bien y cuidarnos lo mejor posible. Hay que estar muy conscientes de que cuando cubres algo se toman muchos riesgos”.

La desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, la noche del 26 de septiembre de 2014, marcó la vida de las familias de los jóvenes, y tocó también la de los periodistas que cubrieron y han dado seguimiento a este suceso.

“Ha sido muy importante para mí. Yo sentía que debía estar en esa cobertura, incluso en los días en que me tocaba descansar. Me parece que era muy importante que estuviera ahí porque todos los días cambiaba el contexto. Sabía, o sentía, que ese movimiento necesitaba aliados y me parecía que el periodismo debía ser aliado a esa situación que todavía no tiene respuestas”, comenta Margena de la O, con un dejo de tristeza mientras continuaba con su narración.

“Me parece que ha sido una de las coberturas más complicadas, física y emocionalmente. Me hizo reflexionar el ‘si yo estuviera en esa situación’. Desde Amapola decimos que si el caso Ayotzinapa no se resuelve nosotros no dejaremos de cubrirlo”.

¿Sentiste miedo en algún momento?, se le pregunta.

“Me tocó vivir situaciones muy riesgosas haciendo cobertura y fue de las veces que más he sentido miedo. Fuimos al basurero de Cocula, se nos hizo tarde, me tocó subir un cerro, bajarlo, era muy oscuro, me perdí. Había marinos, nos salieron, nos apuntaron, yo creo que es de las veces que sentí miedo por esa situación. Estando en la cobertura me tocó pasar por ciertos riesgos por estar buscando la información.

“También sabes la magnitud. A lo mejor no dimensionamos la magnitud, pero sabíamos que era una situación muy grande, muy grave, muy espinosa. Creo que es la vez que más he tenido miedo y ha sido por los riesgos y el impedimento para hacer ciertas coberturas”, añadió.

En el día a día, la libertad de expresión para los periodistas se ve comprometida debido a los riesgos propios de la profesión. En Guerrero no es la excepción y para Margena es difícil saber en dónde se corre mayor riesgo. “Me parece que no sabría en quién confiar, no sabría si me pone en más riesgo hablar de corrupción y de impunidad o hablar de violencia y criminalidad, me parece que es igual el riesgo en las dos”.

Lo que sí está claro para Margena de la O es el poder que tiene el periodismo de ayudar y transformar una sociedad. “Es un bien público, un bien social. Todos los días estoy justamente en el ejercicio de ponerme de cara al compromiso que tiene la profesión. Es una profesión que reclama todo nuestro esfuerzo físico, intelectual, y también nuestro contexto, nuestra construcción como humanos”.

@RCova18

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