Por Sara Reynoso
Un tema mucho más común de lo que imaginamos. Creemos que solo las personas que tenemos una talla fuera del anhelado XS o S vivimos consternadas en torno al peso y la forma de nuestro cuerpo; sin embargo, es sorprendente la cantidad de personas —de todas las edades, colores y tamaños— que viven con esta obsesión como un estigma o una maldición.
Los muy delgados quieren ganar peso o, peor aún, se someten a rigurosos programas de ejercicio porque creen que están gordos. Y los que desde siempre se han sentido gordos —y hemos probado todo lo habido y por haber, desde laxantes hasta hipnoterapias, Ozempic, etc.— tampoco somos felices.
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