El campo minado del amor
Se habla mucho de lo romántico que es terminar una relación y tratar volver airosos de nuevo al combate con la misma pareja.
Por Señorita Lechuga
He intentado llorar y no he podido. He intentado desaparecer, irme a una isla desierta y tampoco he podido. He querido enviar memes contando mi último desfalco amoroso y tampoco he podido.
No se trata de falta de voluntad, más bien es un tanto de cobardía y sensatez ¿Les ha pasado? A veces siento que no vale para nada la pena hacer una pataleta sentimental y contar que me siento la más tonta de las tontas, ¿Cómo creía? ¿Cómo me ha pasado a mí?.
Se habla mucho de lo romántico que es terminar una relación y tratar volver airosos de nuevo al combate con la misma pareja. Se suele decir que “había mucho amor, por eso decidimos tratar de nuevo”. No digo que no valga la pena intentarlo, pero no cuantas veces sea posible. Un par debería alcanzar para tener la certeza que ahí el amor brota o de plano tienes que dejarlo ir.
Para atemperar mis emociones que han quedado incendiadas, leo poesía, canto canciones, hablo una, y otra y otra vez de la última canallada de la que fui víctima. Sí, me siento traicionada, injuriada y muy ofendida. Es que yo pensé que era buena persona, es que se veía tan sincero, es que…. Miles que me quedan pendientes.
Sin embargo ya pasó. Me siento exhausta tras haber corrido un largo tramo en un campo minado y haber caído en las redes del amor. Estoy absolutamente resignada a que esta vez lo intenté todo. Como dice Leila Guerriero, caí en el invento del amor, porque eso es lo que es: un invento en el que casi todo el tiempo se cae.
El campo minado ha quedado atrás y lo veo de lejos. Apenas han quedado algunas ramitas encendidas, todo está en silencio, no se escucha nada, solo la tierra callando al fuego. Esta vez las explosiones me pasaron muy, muy cerca. Esta vez me salvé de milagro.
Así es la vida, un juego donde a veces uno cae y sale ileso; a veces cae y toma más tiempo para levantarse y volver a empezar. Hoy simplemente estoy cansada y triste, solo quiero que se apague todo, que el atardecer del verano me acaricie la espalda y me muestre cómo se ve mi rostro frente al sol, brillante y cálido como hace mucho no me veo.
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