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Por Sofia Guadarrama Collado

El pasado viernes 28 de febrero, los presidentes de Estados Unidos y Ucrania se reunieron en la Casa Blanca para firmar un acuerdo en el que Estados Unidos tendría acceso a los minerales raros de Ucrania a cambio de apoyo militar y un posible acuerdo de paz con Rusia.

Algo de lo que se habla poco es qué tipo de minerales son y cuánto valen. Estos minerales son litio, cobalto, grafito, níquel, tantalio, niobio y un grupo de 17 elementos químicos que incluyen el escandio (Sc), itrio (Y), lantano (La), cerio (Ce), praseodimio (Pr), neodimio (Nd), prometio (Pm), samario (Sm), europio (Eu), gadolinio (Gd), terbio (Tb), disprosio (Dy), holmio (Ho), erbio (Er), tulio (Tm), iterbio (Yb) y lutecio (Lu)2, utilizados en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, la fabricación de componentes electrónicos y la producción de aceros especiales.

Esta riqueza sepultada en el subsuelo de Ucrania —de acuerdo con el Centro de Estrategia Económica de Kiev, publicado por Forbes— está valuada en $14.8 mil millones de dólares.

La reunión en la oficina Oval, entre Trump y Zelenski comenzó de forma amigable. Todo iba bien hasta que un reportero —aparentemente polaco—, le preguntó al presidente de los Estados Unidos si estaba alineado con Putin. La respuesta de Trump fue pedante, como suele ser: «Si no me alineara con los dos, no tendríamos una negociación». Luego señaló a Zelenski y agregó: «Ves el odio que él siente por Putin, es muy intenso».

Zelenski incómodo y aturdido desvió la mirada y se contuvo haciendo muecas.Se dio cuenta que pretendían ningunearlo.   

De inmediato, el vicepresidente fanfarrón, J.D. Vance, entró en defensa de Trump: «Durante cuatro años, en Estados Unidos tuvimos un presidente que se paraba en las conferencias de prensa y hablaba duro sobre Vladimir Putin y luego Putin invadió Ucrania y destruyó un pedazo significativo del país. El camino a la paz y el camino a la prosperidad tal vez esté en la diplomacia. Tratamos la ruta de Joe Biden de darnos golpes de pecho y fingir que las palabras del presidente de los Estados Unidos importaban más que las acciones de Estado. Lo que hace a Estados Unidos un buen país es su compromiso con la diplomacia. Eso es lo que el presidente Trump está haciendo».

La pregunta del reportero era muy clara: ¿Estaban alineados con Putin? La respuesta fue clara: sí y no sabían cómo ocultar que su único objetivo es repartirse el botín entre Rusia y Estados Unidos. 

Volodímir Zelenski respondió: «Putin invadió nuestros territorios, territorios muy grandes de Ucrania. Parte del este y Crimea. En 2014 nadie lo detuvo. Invadió y se adueñó. Mató gente. De 2014 a 2022 la situación fue la misma. Nadie lo detuvo. Hemos tenido conversaciones con él. Muchas conversaciones. En 2019, firmamos con Macron y Merkel un acuerdo de cese al fuego. Firmamos un contrato de gas. Después de eso, rompió el acuerdo. Firmamos el intercambio de prisioneros, pero no nos los envió. ¿De qué clase de diplomacia estás hablando, J.D.? ¿A qué te refieres?»  

La pregunta era clara. Zelenski puede ser un gobernante joven y de carrera muy corta, pero estos años le han dado muchísima experiencia sobre la verdadera diplomacia entre países y las engañifas, como la que estaban elaborando Trump y Vance. Evidentemente, el vicepresidente de los Estados Unidos no sabía cómo responder, porque no tenía una respuesta honesta y recurrió a la difamación: 

Vance: «Estoy hablando de la diplomacia que va a terminar con la destrucción de su país. Es irrespetuoso que venga a esta oficina oval a litigar frente a la prensa americana». 

Zelenski le preguntó si había visitado Ucrania, lo cual intensificó la confrontación verbal. Como el típico cobarde con poder que es, J.D. Vance atacó con una pregunta innecesaria pero violenta e infame: «¿Le has dado las gracias al presidente Trump alguna vez?», a lo que Zelenski respondió que lo había hecho «muchas veces, incluso hoy». Una abominable acusación ya que Zelenski ha manifestado su gratitud cada una de las veces que ha visitado Estados Unidos.

A esto le siguió una arenga deplorable. No conforme con eso, Vance le reclamó que, en septiembre de 2024, Zelenski hubiera visitado una fábrica de municiones en Scranton, Pensilvania, lo cual definió como campaña a favor de Joe Biden.

La ignominia de Donald Trump empeoró la conversación al acusar a Zelenski de estar apostando por la tercera guerra mundial.

Hay quienes hablan de una emboscada. Dudo que Trump y Vance hayan siquiera imaginado algo tan absurdo. La realidad es que Vance, no imaginó que Zelenski le preguntaría directamente, cuál era su estrategia diplomática para evitar que Vladimir Putin rompiera el acuerdo y volviera a invadir Ucrania como lo había hecho en la década pasada.

Zelenski ya no es un principiante en la política internacional. Ya se codeó con los políticos más importantes y poderosos del mundo y no le van a dar la vuelta con discursos populistas. Él sabe, o intuía que, el gobierno imperialista de Donald Trump está aliado con el dictador de Rusia.

El presidente de los Estados Unidos decidió terminar la reunión. Canceló la comida, la firma de los acuerdos y la conferencia de prensa que estaban programadas para esa misma tarde. 

Después, publicó un mensaje en su cuenta de Truth social: 

«El presidente Zelenski no está listo para la paz si Estados Unidos está involucrado, porque siente que nuestra participación le da una gran ventaja en las negociaciones. No quiero ventajas, quiero PAZ. Le faltó el respeto a los Estados Unidos de América en su adorado Despacho Oval. Puede volver cuando esté listo para la paz».

Entiéndase: Puede volver cuando esté listo para la sumisión.

Donald Trump envió un mensaje peligroso al mundo: Estados Unidos ya no está dispuesto a ayudar a nadie si no le rinden vasallaje y le entregan las riquezas de sus países. 

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.