Por Sofía Pérez Gasque Muslera
Lo que México realmente está —y aún no está— haciendo en inteligencia artificial
En días recientes se ha anunciado que México desarrollará su propio “lenguaje de inteligencia artificial”, una afirmación que ha generado entusiasmo, pero también dudas legítimas. La idea es ambiciosa y, sin duda, deseable: evitar el rezago tecnológico en un mundo que se redefine a través de la IA. Pero entre el deseo y la infraestructura hay una brecha que vale la pena observar con claridad.
Actualmente, México no cuenta con un modelo fundacional propio ni con una estrategia nacional de IA plenamente implementada. A diferencia de países como Francia, Canadá o incluso Chile —donde el CENIA (Centro Nacional de Inteligencia Artificial) ha logrado avances importantes, incluyendo el desarrollo de modelos de lenguaje grandes (LLMs) en español y portugués—, México se encuentra todavía en una fase incipiente, con esfuerzos fragmentados y, hasta ahora, sin un marco operativo consolidado.
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