Camino empedrado para las mujeres en el sector salud

En el sector salud las mujeres dedicamos muchas más horas al trabajo doméstico y de crianza –que suele ser trabajo no remunerado– que los hombres.

Camino empedrado para las mujeres en el sector salud
Sofía Ramírez Aguilar

Antes de la pandemia, en México teníamos 40% menos personal médico y 70% menos personal de enfermería del que debiéramos tener según el estándar de los países de la OCDE. Si bien creció de manera muy considerable la cantidad de personas que se emplearon en el sector salud entre 2019 y 2021, durante la pandemia se llegaron a habilitar decenas de miles de camas hospitalarias en cuestión de semanas y se contrataron en fast track 50 mil especialistas en medicina en los primeros tres meses de la crisis; en ambos casos fueron acciones temporales e insuficientes.

Fuente: estudio El Sector Salud: un ambiente disparejo para las mujeres. México, ¿cómo vamos? y Grupo Sohin, 2022.

Una solución para tener personal de salud suficiente en México es contratar a quienes están capacitadas para ello; es decir, contratando más mujeres.

Veamos: dos terceras partes de todo el estudiantado en medicina son mujeres, pero apenas poco más de la mitad del personal médico lo son. Ahí podríamos tener una importante fuente de personal médico a disposición si alineáramos las necesidades de las médicas con las demandas propias de la medicina clínica.

Fuente: estudio El Sector Salud: un ambiente disparejo para las mujeres. México, ¿cómo vamos? y Grupo Sohin, 2022.

Una forma de hacerlo es ofreciendo mecanismos institucionales de apoyo para que las mujeres en la medicina puedan compaginar su vida familiar, dados los roles sociales asociados al género, con su desarrollo profesional. Por ejemplo, con guarderías y estancias infantiles dentro de los complejos hospitalarios en horarios extendidos o con esquemas de vales de cuidados para que los familiares enfermos o ancianos del personal de salud pueda ser atendido por otros profesionales de la salud.

Pero ese no es el único reto. Cuando pensamos en quién cuida de la salud de las personas pensamos en mujeres: 80% del personal de enfermería es femenino, al igual que 55% del personal médico. Sin embargo, quien toma las decisiones en el sector son con mayor frecuencia hombres: sólo una de cada 16 mujeres en el sector tiene una posición de mando, mientras que esta proporción es de uno de cada nueve para los hombres.

Es decir, a pesar de que las mujeres atienden a la población, más frecuentemente los hombres tienen el poder de decidir sobre políticas laborales, prestaciones sociales, presupuestos de investigación y equilibrio entre trabajo doméstico no remunerado y trabajo en el mercado laboral.

Y es que, al igual que en el resto de las ocupaciones, en el sector salud las mujeres dedicamos muchas más horas al trabajo doméstico y de crianza –que suele ser trabajo no remunerado– que los hombres. De hecho, en el sector salud la proporción es de tres a una: por cada hora que un hombre empleado en el sector dedica a labores del hogar una mujer dedica en promedio tres veces más tiempo a este tipo de actividades. En ambos casos, de manera adicional a las 42 horas que en ese sector dura semanalmente una jornada laboral promedio.

Las paradojas del empleo en el sector salud no terminan ahí. Cuando comparamos cuánto gana una mujer en posiciones directivas o de mando dentro del sector con cuánto gana un hombre en esas mismas posiciones vemos brechas salariales aún mayores a las del promedio del mercado laboral.

Por cada 100 pesos que un hombre gana en una posición directiva en el sector salud una mujer gana 82. ¿No les sorprende? A mí sí. Entre otras cosas porque en el mercado laboral en su conjunto una mujer gana en promedio 15% menos que un hombre. Así que constatar que en posiciones de mando dentro del sector salud una mujer gana hasta 18% menos que un hombre, debiera ser un escándalo.

Fuente: presentación de lanzamiento del estudio El Sector Salud: un ambiente disparejo para las mujeres. México, ¿cómo vamos? y Grupo Sohin, 2022.

Las razones para ello son múltiples, pero casi todas tienen un mismo origen: la poca libertad con la que la sociedad les permite a las mujeres administrar su tiempo. Si bien una mujer en el sector salud puede tener una trayectoria profesional relevante, con mayor frecuencia y dada la carga cotidiana de trabajo en el hogar, no le va a ser posible en ocasiones tomar una doble guardia para cubrir a alguna otra colega, ni tener años ininterrumpidos de experiencia y desarrollo profesional, puesto que un año tal vez se convierta en madre, otro año cuidará de algún familiar cercano; luego viene la crianza, el acompañamiento escolar y los permisos para atender problemas cotidianos en el seno familiar. He ahí la importancia de que justamente haya más mujeres en posiciones directivas.

Cuando quien toma las decisiones laborales, gerenciales, profesionales dentro de un hospital, clínica o consultorio es un hombre, es poco probable que busque soluciones reales a problemas que él no ve, no experimenta y sobre todo, no entiende. Si bien tener una mujer en la posición directiva tampoco garantiza que de manera automática haya políticas laborales con enfoque de género es más probable que ella haya experimentado en primera persona las dificultades que plantea ser madre y profesionista en el sector salud, o hermana o hija o simplemente mujer con roles de género que limitan la disponibilidad del propio tiempo.

Pero para que más mujeres accedan a posiciones directivas es necesario que tengamos más mecanismos de participación laboral para que más mujeres puedan ejercer con libertad sus roles como persona privada y como profesionista.

Otros muchos retos subsisten en el sector salud, pero no todo está perdido. Tal es el caso del personal de enfermería, donde antes de la pandemia las mujeres ganaban 11% menos que sus pares masculinos, pero al cierre de 2021, las enfermeras ya ganaban 7% más que los enfermeros en promedio.

No se trata de que ahora sean las mujeres quienes ganemos más, sino de que sea un ambiente parejo y deseable para todas. Se trata de tener un mundo más justo y de tener más personal capacitado y disponible para atender a una población que, como la mexicana, está en proceso de envejecimiento.

Para conocer todo el estudio que México, ¿Cómo Vamos? elaboró con Grupo Sohin sobre el mercado laboral en el sector salud visita: https://mexicocomovamos.mx/mujeres-sector-salud/.

@Sofia_RamirezA

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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