Por Sonia Garza González
A un mes de las elecciones del 2 de junio, el recuento de diversos datos ha sido por demás interesante y algunos han dado mucho de qué hablar.
En principio, retomemos la llegada histórica de la primera mujer presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, después de 200 años de democracia nacional. La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo arriba al más alto escaño en la política, respaldada por un total de votos 35,849,815, lo que representa 59.76% de preferencia electoral, mientras que Xóchitl Gálvez, candidata a la presidencia por Fuerza y Corazón por México, tuvo 27.4517%. Jorge Álvarez Máynez apenas alcanzó el 10.3213 por ciento.
En el marco de esa misma jornada del 2 de junio, quiero destacar el hecho de que la candidata Xóchitl Gálvez tuvo a bien realizar, aunque breve, una llamada telefónica para felicitar a la virtual presidenta, reconociendo a su vez que los resultados no le favorecieron a Gálvez; iniciativa que le costó una fuerte reprimenda de parte del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, quien de cortés obviamente no tuvo nada. En defensa de la actitud de Xóchitl, le reconozco su valor y sensibilidad, en virtud de que la llamada que hizo a su adversaria fue en su calidad de candidata, no a nombre de la coalición, manifestando en entrevistas posteriores que “en una democracia se gana y se pierde y tenemos que aprender a perder.”