Por Sonia Garza González
No quiero desaprovechar la oportunidad de abordar un tema crucial que nos debe competir a todos los sectores. Sin proclamarme experta, me parece muy importante la libertad de prensa; una expresión corta, pero profunda, pues se considera uno de los pilares fundamentales de la democracia liberal.
El 3 de mayo de 1993; es decir, hace tres décadas, se instituyó el Día Mundial de la Libertad de Prensa, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, siguiendo la recomendación de la Conferencia General de la UNESCO, donde se planteaba el desarrollo de una prensa libre, independiente y pluralista, como elemento esencial para el desarrollo y mantenimiento de la democracia en las naciones del mundo.
La prensa libre e independiente es garante para el cumplimiento de los derechos humanos, la transparencia y la rendición de cuentas de los poderes públicos. Además, permite la participación ciudadana y el debate público de cualquier aspecto que permee en el desarrollo de la sociedad. Desafortunadamente, en muchos países, el ejercicio del periodismo, la investigación y la información veraz y oportuna está limitado y hasta amenazado.