Por Stephanie Henaro Canales
“La guerra no termina cuando callan las armas, sino cuando los muertos dejan de llegar.”
— Apuntes desde Café Colón.
El mundo celebra el posible fin de la guerra en Gaza. Israel y Hamás han pactado una tregua que permite intercambiar rehenes y prisioneros. Algunos regresan vivos; otros, envueltos en banderas. Israel, a su vez, libera a decenas de palestinos detenidos, intentando convertir la tragedia en una narrativa de equilibrio. Pero las cifras desmienten cualquier idea de simetría: más de 67 mil palestinos y alrededor de mil 400 israelíes han muerto desde el inicio del conflicto. Cada cifra es una historia mutilada. Cada cuerpo recuperado, un mapa de duelo.
Las guerras, cuando “terminan”, lo hacen solo en los comunicados.
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