Por Stephanie Henaro Canales
Que Nueva York, capital simbólica del capitalismo, elija a Zohran Mamdani —musulmán, joven y socialista democrático— parece una paradoja. Pero no lo es tanto si vemos el contexto: la ciudad está carísima y la gente votó por quien habló de lo que duele todos los días: renta, transporte, guarderías, comida. No votaron teoría; votaron asequibilidad.
La lámina que circuló después de la elección lo revela todo: muchas de las promesas de Mamdani dependen del estado o del gobierno federal. Es decir: la ciudad quiere vivir como socialdemocracia europea… dentro de un sistema federal que no está diseñado para eso. Ahí está el verdadero conflicto político que viene: la escala local se está volviendo más de izquierda porque es donde se paga el costo de la vida; la escala nacional sigue atrapada en fronteras, seguridad y pleitos con Trump.
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