Por Stephanie Henaro Canales
En 2025, el mundo dejó de escribir discursos y empezó a guardar comprobantes: de guerra, de comercio, de energía, de algoritmos. El poder ya no se promete; se audita.
Apuntes desde Café Colón.
A las 6:30 a.m., en un café de la Ciudad de México, la gente hojea su pantalla como quien revisa estados de cuenta. No busca “noticias”; busca señales. Si el dólar se movió. Si el gas subió. Si un decreto en Washington puede encarecerle la vida a su pyme en Iztapalapa o su embarque en Tijuana. La escena parece doméstica, pero es geopolítica: la ansiedad cotidiana es el nuevo mapa.
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