Por Verónica Ayala
En medio de una relación cada vez más tensa con Washington, el gobierno mexicano decidió apostar sus cartas por La Habana. Mientras Donald Trump refuerza sanciones contra el régimen cubano y advierte represalias a sus aliados, la llamada Cuarta Transformación no solo ha mantenido, sino que ha multiplicado los apoyos a la isla.
Como en la mayoría de las políticas de su gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum decidió seguir el ejemplo de su antecesor y continuar otorgando apoyos millonarios a Cuba.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la ayuda a la isla se multiplicó. No se trató únicamente del envío de hidrocarburos: incluyó la contratación de médicos cubanos, la compra de medicamentos, la exportación del programa Sembrando Vida y, hoy sabemos, la impresión de 15 millones de libros de texto para el sistema educativo cubano.
En febrero pasado, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad reveló que entre julio de 2023 y septiembre de 2024 el gobierno de AMLO envió combustibles a Cuba por mil millones de dólares. El costo fue alto: Gasolinas Bienestar S.A. de C.V., filial de Pemex creada en 2022 para atender ese mercado, cerró su primer año con pérdidas netas y un endeudamiento superior a 5,836 millones de pesos.
Aunque la opacidad rodea a estos apoyos, las plataformas de comercio exterior muestran que los envíos continuaron bajo el gobierno de Sheinbaum. Y no solo eso: en apenas un mes se envió una cantidad similar.
Entre el 29 de mayo y el 27 de junio de 2025, Pemex registró ante las autoridades aduanales la salida hacia Cuba de 29 embarques de hidrocarburos con un valor superior a 850 millones de dólares (unos 16 mil millones de pesos). La carga incluía más de 10.2 millones de barriles de petróleo crudo y 132.5 millones de litros de productos derivados. Los rastreos satelitales de barcos revelan que los envíos continuaron en julio y agosto.
A eso se suma un reporte citado por el diario El Universal, en el que Pemex informó a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) que en el primer trimestre de 2025 los envíos de Gasolinas Bienestar alcanzaron un valor de 3,100 millones de pesos (aproximadamente 155 millones de dólares). Con ello, la cifra acumulada de combustibles enviados a Cuba en los últimos dos años rondaría los 2 mil millones de dólares, sin contar los embarques adicionales.
A diferencia de los apoyos otorgados al final del sexenio anterior, los envíos de petróleo y derivados en la actual administración de Sheinbaum ocurren en un contexto mucho más complejo: la renovada presidencia de Donald Trump, que ha endurecido sus políticas contra Cuba y contra los países que considera sus aliados.
Apenas la semana pasada, el secretario de Estado Marco Rubio —hijo de migrantes cubanos y uno de los más férreos opositores del régimen— advirtió que el Departamento de Estado revocará visas e impondrá restricciones a funcionarios brasileños implicados en esquemas de explotación laboral vinculados con la contratación de médicos cubanos.
La cercanía política ya había quedado clara en febrero de 2023, cuando López Obrador recibió en Campeche al presidente cubano Miguel Díaz-Canel y le otorgó la Orden Mexicana del Águila Azteca, la máxima condecoración que México concede a extranjeros. “México y Cuba mantienen relaciones de hermandad política desde siempre”, subrayó entonces AMLO, al tiempo que llamó a poner fin al bloqueo comercial estadounidense contra la isla.
Si Sheinbaum pretende mantener la misma línea de generosidad hacia La Habana —con recursos públicos y bajo la justificación de “razones humanitarias”— tendrá que enfrentar el riesgo de las implicaciones que esa política puede tener en la relación con el vecino del norte.
La pregunta que flota es inevitable: ¿cuál es el verdadero compromiso de la 4T con el régimen cubano y a cambio de qué se están entregando estos apoyos millonarios?
Más allá de eso, persiste una demanda elemental: mayor transparencia. Porque finalmente se trata de recursos públicos que implican decisiones de política presupuestal. Y cada peso destinado a Cuba es un peso que se deja de invertir en necesidades urgentes dentro del país, como el sistema de salud o el educativo. O bien, podrían destinarse a aliviar las finanzas de Pemex o a reducir su deuda con proveedores.
México insiste en presentar su respaldo a Cuba como un gesto humanitario y de hermandad histórica. Pero detrás de la narrativa solidaria hay transferencias multimillonarias que hoy despiertan más preguntas que respuestas: ¿qué obtiene realmente la 4T a cambio de sostener al régimen de Díaz-Canel? ¿Cuánto está dispuesta Sheinbaum a arriesgar frente a un Trump beligerante y dispuesto a castigar a los aliados de La Habana? En el juego diplomático, la factura de esta lealtad podría terminar pagándose con un mayor deterioro en la relación con el vecino del norte… y en los bolsillos de los propios mexicanos.

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.

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