Por Yohali Reséndiz

Nombrar a Ernestina Godoy fiscal general de la República debería ser motivo de esperanza —pero no lo es—, y más en tiempos donde se repite que “es tiempo de mujeres”.

Porque ser mujer no exime de responsabilidad ni redime errores ni garantiza que la Fiscalía proteja a víctimas en lugar de perseguirlas.

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Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.