Por Yohali Reséndiz
Luego de un proceso plagado de irregularidades, meses de mentiras, trampas y una campaña mediática por la ratificación de la fiscal general de (in )justicia en la Ciudad de México, Ernestina Godoy, hoy le decimos definitivamente adiós.
Adiós, Ernestina.
Adiós porque nunca tuvimos duda de tu incapacidad, insensibilidad, negligencia, corrupción e impunidad.
Tú gestión, Ernestina Godoy, debe y tiene que ser recordada por los múltiples obstáculos que permitiste para las víctimas que te suplicaron justicia en la entrada a la fiscalía. Por aquellos que gastaron en plumones, mantas, lonas y carteles para exponer su caso y lo hicieron desesperados porque nunca cumpliste en darles justicia o tú equipo les negó una cita para que las escucharas y en su lugar, fueron agraviados por la violencia institucional que se ejercía mientras permaneciste en el cargo.
Punto y aparte, Ernestina, fue tu protección a pederastas "poderosos" como Manuel Horacio Cavazos López, ex magistrado del Poder Judicial de la CDMX, la protección a Florencia Serranía, exfuncionaria y titular del Metro de la CDMX al momento del colapso de dos vagones de la Línea 12 y solapar y guardar silencio ante una crucifixión: el ingreso a prisión de Alejandra Cuevas tras ser acusada por el fiscal Alejandro Gertz del delito de homicidio en contra de su hermano Federico Gertz.
Adiós, Ernestina Godoy, porque fuiste tú quien solapó que Cuevas enfrentara un proceso penal injusto y estuvo privada de su libertad por más de un año por un delito que nunca cometió.
Alejandra Cuevas es solo un nombre de la larga lista de víctimas que tuvieron desdén tuyo más no justicia.
El de ayer fue un día histórico, porque las víctimas y sociedad civil, acompañadas de medios de comunicación y algunos legisladores, te pusieron un hasta aquí, te dijeron ya basta y cerraron filas para evidenciarte y evidenciar tu pésima gestión.
Los diputados de Morena no se cansaron de alabar tu ineptitud, pronto olvidaron tu frase que no te cansaste de repetir: “pongo a las víctimas al centro", pero permitiste que a Mariel Albarran la sacaran del Senado por confrontarte con la verdad, en lugar de cederle un espacio y hacer escuchar su voz, claro, no te convenía.
No tuviste en su caso argumentos sino órdenes.
Quizá tenias razón, las víctimas estaban al centro, pero del desaseo de la fiscalía que dirigías.
Las decenas de decenas de mesas de trabajo resultaron infructuosas, los legisladores que pidieron el uso de la voz para alabarte Ernestina, no tienen idea del día a día del peregrinar de las víctimas ni de su infierno.
Y aunque no dudo que haya quien te llame hoy para agradecer lo que has hecho por “la ciudad”, la verdad es que Ernestina, no sales por la puerta principal de la fiscalía sino por la puerta en la que te vas con todo y tú gestión: la trasera y la del olvido.
Adiós, Ernestina, Adiós.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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