Quien vive fuera del estado de Morelos no está obligado a conocer la historia entre el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, y el gobernador Cuauhtémoc Blanco, que empieza en el 2018 cuando al asumir la gubernatura el segundo solicitó al Congreso local la destitución del fiscal general, atribuyéndole que está ligado al gobierno anterior y, a su decir, no garantiza castigo contra Graco Ramírez Garrido Abreu, con quien el exfutbolista mantuvo enfrentamiento y señalamientos durante los tres años como alcalde de Cuernavaca.
La legislatura no pudo remover al fiscal incómodo para Blanco, por lo que dio instrucción al exsecretario de Gobierno, Pablo Ojeda Cárdenas, para buscar un acercamiento con su exjefe Alejandro Gertz Manero y su madrina política, la exministra y extitular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y así buscar que el Congreso de la Unión iniciara un proceso legislativo para quitarle el fuero y dar paso a una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) para procesar al fiscal de Morelos.